La ola de secuestros llegó al ambiente futbolístico

La víctima de ayer fue el padre de los jugadores de fútbol Gabriel y Daniel Milito. Los secuestradores pedían 200.000 dólares para liberar sano y salvo al rehén.

Diego Milito estaba reunido con un funcionario de Rácing Club, cuando se enteró de lo que le había sucedido a su padre.
BUENOS AIRES (Télam).- El padre de los futbolistas Gabriel y Diego Milito fue secuestrado ayer en el partido de Quilmes por una banda integrada por al menos cinco delincuentes que exigió 200 mil dólares de rescate para liberarlo con vida, informaron fuentes allegadas a la investigación.

Jorge Milito fue capturado alrededor de las 13.30 y pasadas 19 no había novedades acerca de su liberación.

El hombre, de unos 50 años, fue capturado cuando bajó de su automóvil y se disponía a ingresar a su casa, situada en Fleming y Alem, en la localidad bonaerense de La Cañada.

Para liberar al hombre sano y salvo, los captores pidieron que la familia entregue 200 mil dólares en un plazo no mayor a las cinco horas, explicaron los voceros, aunque pasadas las 19 aún continuaban las negociaciones.

Ayer a la tarde, el representante de los hermanos Milito, Hugo Issa, dijo que la familia «está hablando» con los secuestradores para acordar la forma de pago del rescate e hizo hincapié en que en ningún momento se solicitó la intervención policial.

Todo comenzó alrededor de las 13.30 cuando el padre de Gabriel y Diego Milito, quienes juegan en los clubes Independiente y Rácing, respectivamente, fue sorprendido por dos hombres que, por la fuerza, lo obligaron a subir al asiento trasero de su Chevrolet Vectra blanco.

Los voceros dijeron que los asaltantes habían llegado hasta la puerta de la casa de la víctima a bordo de dos autos, un Ford Escort azul y un Peugeot 405, donde había por lo menos otros tres delincuentes.

A punta de pistola y tomándolo de los cabellos, dos de los secuestradores se llevaron a Milito hasta su propio auto y lo obligaron a subirse en el asiento trasero junto a uno de los captores, mientras que el otro se sentó en el volante.

De todas formas, al llegar al cruce de Virrey Cevallos y la calle 165, a unas 10 cuadras de la casa, lo pasaron al Ford Escort para seguir viaje.

El Chevrolet del cautivo fue encontrado por la policía minutos después, gracias a los datos aportados por personas que presenciaron el momento en que el padre de los jugadores era trasbordado de auto a auto, dijeron las fuentes consultadas.

El lugar donde se halló el vehículo queda a escasos metros de la villa de emergencia conocida como «Iapi».

Media hora después de la captura, la familia Milito recibió el primer llamado de la banda pidiendo rescate.

Un vocero aseguró que entre esa comunicación, realizada alrededor de las 14, y ayer a la tarde hubo varios contactos telefónicos entre los delincuentes y la esposa de la víctima.

Allegados a la familia, dijeron que Gabriel Milito se enteró del secuestro de su padre cuando entrenaba en la cancha de Independiente, mientras que su hermano, Diego, recibió la noticia cuando se encontraba en la quinta que el gerenciador del club Rácing, Fernando Marín, tiene en el partido de Escobar.

Ambos se trasladaron a la casa familiar ni bien supieron lo que había ocurrido y ayer a la tarde permanecían en ese lugar participando activamente en la negociación.

El jefe de la seccional quinta de Quilmes, Edgardo Aller, confirmó la forma en que fue secuestrado Milito, aunque dijo que el personal a su cargo no interviene en la negociación «por expreso pedido de la familia».


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