La ópera va al Lejano Oeste en el Colón

Como "cine antes del cine" define Marcelo Lombardero a "La Fanciulla del West" ópera de Puccini que pone en escena en el Colón como un homenaje a los filmes del Lejano Oeste.

Anoche subía a escena en el Colón, después de mucho tiempo, la importante ópera de Puccini «La Fanciulla del West». El joven cantante y regista Marcelo Lombardero, uno de los valores actuales de la lírica argentina, es el encargado de la régie de la obra. Cantante y actor, muy afín a las obras modernas y contemporáneas, enfrenta el desafío desde una visión cinematográfica, que considera es una característica de la obra del compositor, que,según sostiene «hizo cine antes del cine». También habla de su experiencia aquí y en el Colón.

-¿Cómo se combina el ser cantante y regista?

– Fue casi una casualidad. En l993 considerando cómo se daba la situación en el país y en el mundo, tenía necesidad de decir un par de cosas. Estábamos en pleno menemismo y la sociedad se había puesto muy egocéntrica y poco solidaria, regía cada vez más el sálvese quien pueda, el capitalismo salvaje, y habían decretado la muerte de las ideologías. Pero yo tenía necesidad de decir algo, en realidad quería cantar una obra de Kurt Weill y Brecht que se llama «Mahagonny», que hice en la sala chica del Colón, en versión reducida.

No encontraba nadie que pudiera decir lo que yo quería en ese aspecto. Entonces fue cuando convoqué a unos colegas cantantes para esa aventura y me fue bien. Eso fue lo primero que hice como regista. De todos modos además de canto, yo estudié teatro y trabajé como actor, el tema lo conozco, pero nunca se me había ocurrido dirigir. Hago un repertorio moderno, me gustan los roles de carácter. Pero también el año pasado debuté en mi primer «Rigoletto» en Venezuela y Colombia, incluso hice mi primer Yago en «Otello» de Verdi. Pero las cosas que me atrajeron son los roles de ópera contemporánea, obras de Dallapicola o el «Wozeck» de Alban Berg, uno de mis sueños, que haré este año en el Colón.

Mi profesión es la de cantante, no la de régisseur. Esto de la «Fanciulla del West» surgió por casualidad, y es la oportunidad de hacer algo grande en la sala mayor del teatro.

-¿Cuál es tu visión de esta Fanciulla… ?

– Para mí es una obra que habla de la fiebre en el lejano Oeste en 1840. Entonces eso me remitió al imaginario cultural que tenemos nosotros con respecto al western. Mi idea es hacer como una película de los años 40 de ese género, una película en blanco y negro. Primero trabajando el realismo en cuanto a la actuación y luego con un par de efectos. Pero en concreto trabamos como si estuviéramos viendo una película, eso va a sentir el público, con títulos incluidos. No ve las tres dimensiones, y el efecto es el de una pantalla plana en dos dimensiones.

-¿Ese criterio cinematográfico abarca al elenco?

– Es muy complicado, porque además soy muy obsesivo y me meto en las luces, la escenografía, el vestuario y la utilería. Estoy pendiente de todo y eso es mucho trabajo. Por supuesto que durante el tiempo que estoy dirigiendo no puedo hacer otra cosa, tampoco cantar.

-¿Cómo ves esta obra dentro de la producción de Puccini?

– Es una obra muy grande y muy compleja, por eso se hace muy poco. Para mi Puccini con esta ópera inventó un género y la música de un género. Hizo cine antes del cine. Aunque es un creador muy cinematográfico en toda su producción, en esta obra en particular se hace más notable. Además la música de «La Fanciulla del West» es música de película, es casi música incidental. No hay grandes arias o números cerrados, sino que es una partitura sinuosa, que va ambientando lo que pasa. Eso es lo interesante, además de algo insoslayable que tiene Puccini, que es el interés social. Entonces habla de las desventuras de estos mineros detrás de la quimera del oro, que los deja peor que antes.

-¿Que opinión te merecen los artistas en estos momentos, en especial trabajando en el Colón?

– Yo creo que es complicado, es un momento muy difícil. Pero también es un milagro. Vos sabés que que un teatro no son las paredes sino la gente, y este teatro tiene gente maravillosa en cada área y eso es lo que permite que el Colón siga funcionando y que produzca una ópera complicadísima como ésta, que muchos teatros del mundo no se animan a hacer. El Colón se anima porque cuenta con ese material humano. Decía Lorin Maazel, el gran director de orquesta cuando era director musical de la Opera de Viena que ésta era como un gran satélite muy sofisticado, donde trabajaba gente muy preparada, entonces cada tanto mandaban un monito al satélite para hacer experimentos, que pensaba que dirigía el satélite, entonces tocaba algunos botones y el satélite se descolocaba, y los técnicos lo volvían a reparar. Esa es la imagen del teatro que yo tengo del Colón. Por eso nunca termina de caerse, a pesar de todo.

Julio Pagani

Sólo una necesidad

Para Marcelo Lombardero no hay una revalorización de los artistas argentinos, «es falso, no la hay, hay una necesidad de contratarlos porque no tienen plata para pagar supuestas grandes estrellas».

«No me parece mal que contraten a los extranjeros -dice- lo que me parece mal es que si hay material argentino no se lo aproveche. Creo que el dólar está caro y no se pueden traer grandes figuras y por eso hay un discurso a favor de los artistas nacionales».

Eso lo está viviendo en carne propia, ya que irá a cantar «El Castillo de Barba Azul» a Colombia, mientras que la misma ópera aquí la canta un artista húngaro. Esa paradoja no lo desvela, también intervendrá en «Tosca» en ese país, luego cantará en Holanda y volverá a Buenos Aires para «Wozeck».

Su obsesión es el trabajo, como en esta «Fanciulla», donde reconoce el valor de los cantantes argentinos, junto a figuras como la protagonista rusa Olga Romanko. No se olvida de reconocer que éste trabajo de régie lo tiene por alguien que siempre confió en él, «aunque yo no coincidiera con su manejo del teatro».

Se refiere a Sergio Renán, «la primera persona que creyó en mí como régisseur». (J.P.)


Anoche subía a escena en el Colón, después de mucho tiempo, la importante ópera de Puccini "La Fanciulla del West". El joven cantante y regista Marcelo Lombardero, uno de los valores actuales de la lírica argentina, es el encargado de la régie de la obra. Cantante y actor, muy afín a las obras modernas y contemporáneas, enfrenta el desafío desde una visión cinematográfica, que considera es una característica de la obra del compositor, que,según sostiene "hizo cine antes del cine". También habla de su experiencia aquí y en el Colón.

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