La pasó mal, pero se trajo un empate de oro
Vélez sufrió de lo lindo, pero logró un resultado clave.
No fue ni por asomo el Vélez que mostró su mejor versión en la fase regular y que dejó sin Copa a Newell's. Pero a la hora de los resultados, este equipo de Miguel Angel Russo es irreprochable.
Anoche jugó mal, sufrió hasta el último suspiro del partido y tuvo en Gastón Sessa a su mejor hombre. Estos fueron los argumentos que evidenció para mantener el invicto y traerse un gran empate de Guadalajara, ante un Chivas que venía agrandado luego de pasar a cuartos de la Libertadores y a semis del torneo local.
El local salió a la cancha como para comerse crudo a un Vélez que durante media hora no fue ni la sombra de ese equipo que quedó como el mejor de la fase regular.
La verdad es que los mexicanos no tuvieron ningún mano a mano con Gastón Sessa, pero llamó la atención la presión que metieron de mitad de cancha en adelante y la forma que extrangularon el circuito creativo de los argentinos.
Porque si hay una característica que define a este Vélez de Miguel Angel Russo, es que sabe (y necesita) defenderse con la pelota en su poder. Por eso cuando no la tiene sufre, como en los primeros 30 minutos del partido de ayer.
El que hizo mucho daño en ese tiempo fue Sergio Santana, un volante que dejó buena impresión y que en apenas una docena de minutos tuvo tres chances de gol.
En la zona medular del juego, en la mitad de campo, Leandro Somoza pocas veces pudo hacer pie, y por eso el plano defensivo se vio resentido. Recién en el último cuarto de hora apareció un atisbo del Vélez sensación de la Libertadores, sobre todo cuando el balón rodó bajo la suela de Leandro Gracián.
¿Y los delanteros? Luchando siempre, tanto Ereros como Zárate, pero la mayor parte del tiempo de espaldas al arco. Y así, la verdad que es muy complicado.
La segunda parte se inició como acabó la primera: equilibrada, luchada en la mitad de la cancha, jugada con mucho ímpet pero pocas ideas. Algo así se vio durante casi todo el cotejo.
Vélez siguió desconocido, acusando el poco recupero en la mitad y resignándose a que el rival sea el propietario del balón.
Fue así que a los 15 minutos se produjo el primer milagro, cuando Olivera mandó un centro atrás y Pellegrino se vistió de héroe para ahogarle el grito a Adolfo Bautista. Sesenta segundos más tarde la visita sufrió con un bombazo de Alberto Medina, y las Chivas seguían al acecho.
A los 30 Vélez volvió a padecer, esta vez de pelota parada. Juan Pablo Rodríguez ejecutó un hermoso tiro libre que besó el travesaño del «Gato» Sessa.
Desde ese momento se agigantó la figura del «1» velezano, que salvó el punto de oro a siete minutos del epílogo, cuando tapó un mano a mano jugandose la vida.
Vélez tuvo una sobre el final, pero quedará en la historia. De esta forma, los de Russo aún no saben lo que es perder en la Libertadores, y ahora esperarán el 20 de junio para pasar a las semifinales.
No fue ni por asomo el Vélez que mostró su mejor versión en la fase regular y que dejó sin Copa a Newell's. Pero a la hora de los resultados, este equipo de Miguel Angel Russo es irreprochable.
Registrate gratis
Disfrutá de nuestros contenidos y entretenimiento
Suscribite por $750 ¿Ya estás suscripto? Ingresá ahora
Comentarios