La peña: El tiempo de pedir

Tanto preparativo, tanto cálculo y el abrazo final que resume sentimientos. Pero al final me pregunto si los pedidos que se hacen a Papá Noel no deberían en realidad hacerse a fin de año. Es que, más allá de las cuestiones religiosas que cada uno quiera privilegiar, me da la sensación de que el final del año es el momento del verdadero balance, aunque sea una formalidad.

Nunca entendí eso del corte tajante de un día para el otro, donde un año se termina y empieza el que sigue de la noche a la mañana.

Pero está claro que es el momento del quiebre, donde uno bien puede hacer un balance de lo que pasó y de lo que podría pasar, anticiparse a los hechos y pedir. Ese pedir que en Papá Noel se traduce en regalos, en los adultos es más bien simbólico y no va más allá del deseo de que las cosas nos salgan mejor si es que anduvimos más o menos o que se mantengan por el buen camino si estaban ordenadas.

Podríamos pedir en este final de año que las cosas estén bien en cada uno de nuestros pequeños mundos, porque los que nos rodean son pequeños mundos, el de la casa, el del trabajo, el de la convivencia en la ciudad. Ese pequeño mundo que nos toca manejar, o al menos intentarlo, es tan grande como el de al lado, el del vecino que lucha igual que nosotros, el compañero que hace malabares para que los números le cierren.

A veces creemos que el que nos tocó a cada uno de nosotros es el más complejo. Sólo alcanza con mirar al de al lado para darnos cuenta que pasa por las mismas penurias, que padece lo mismo y que cuando las alegrías salen a flote no son tantas como desearíamos.

Eso es ni más ni menos que el ejercicio de vivir, donde las fiestas de fin de año son apenas un episodio o dos en el ciclo, donde las emociones afloran y donde la sensibilidad está en primer plano.

Pero superado el brindis, los excesos de los que pueden, la comida y la bebida que simbolizan, volvemos a empezar casi sin haber parado. Eso es el año nuevo, el trazar apenas una línea y seguir adelante. No hay tiempo para parar.