La peor falla ante el terror: «falta de imaginación»

WASHINGTON (AP/AFP).- El gobierno estadounidense no podía proteger a sus ciudadanos de los ataques terroristas del 11 de septiembre porque no comprendió la amenaza planteada por los miembros de Al Qaeda que explotaron esas lagunas para perpetrarlos, dijo el presidente de la comisión investigadora.

El emitir su informe de 567 páginas, el presidente de la comisión, el ex gobernador republicano Tom Kean, dijo que ninguna de las gestiones gubernamentales contra la conocida amenaza de Al Qaeda «interrumpió o ni siquiera retrasó» la conjura de Osama ben Laden.

Los terroristas «perforaron las defensas de la nación más poderosa en el mundo», afirmó Kean. «Infligieron un trauma insoportable a nuestro pueblo, y al mismo tiempo alteraron el orden internacional». Pero el informe no culpa de los sucesos al presidente George W. Bush ni a su predecesor demócrata Bill Clinton de los errores que contribuyeron a los atentados.

La comisión recomendó crear un centro de inteligencia nacional y el cargo de un coordinador general de todas las agencias de espionaje a fin de mejorar la capacidad para evitar nuevos ataques terroristas.

El objetivo es unificar las múltiples agencias que hoy recopilan datos a nivel nacional e internacional.

El centro estaría supervisado por un nuevo director nacional de espionaje, a ser confirmado por el Senado, que respondería directamente ante el presidente y tendrá status cuasi ministerial. «Podrá influir en el presupuesto y liderazgo» de la CIA, FBI, el departamento de Seguridad Interna y el Departamento de Defensa.

El panel halló que «la peor falla» en relación con la prevención de los ataques fue «la falta de imaginación. Creemos que los dirigentes no entendían la gravedad de la amenaza». Entre otros aspectos destacaron:

• «El terrorismo no fue una gran preocupación de seguridad nacional durante la administración de Bill Clinton y en la de Bush antes del 11 de setiembre».

• «Antes del 11 de setiembre el departamento de Defensa nunca se movilizó totalmente para detener a Al Qaeda».

• Altos funcionarios de los servicios de inteligencia se dieron cuenta a fines de agosto de que terroristas ubicados en enero de 2000 en el Sudeste asiático se hallaban en Estados Unidos». Ese dato, y la detención del francés Zacarias Mussaui, que tomaba cursos para pilotos, «no provocaron una reacción inmediata; ninguno de los que trabajaba en esas pistas en el verano de 2001 las vinculó con las informaciones sobre el elevado nivel de amenaza».

• «Cuando ben Laden amenazó golpear EE. UU.(…), se tomaron muchas precauciones en el exterior. Los organismos internos no fueron movilizados».

El vicepresidente de la Comisión, el ex representante demócrata Lee Hamilton, dijo que tras los ataques del 11 de setiembre las gestiones gubernamentales «incluyeron acertadamente las medidas militares para derrocar al Talibán y perseguir a al-Qaeda». «Pero el éxito a largo plazo exige el uso de todos los elementos del poder nacional: la diplomacia, el espionaje, las ac

ciones encubiertas, la ayuda al extranjero, la diplomacia pública y la defensa interior», agregó Hamilton. «Si preferimos una herramienta en menosprecio de las otras, quedaremos vulnerables».

Un revelador video

El informe, la culminación de una investigación de 20 meses sobre los ataques en los que murieron casi 3.000 personas, describió la meticulosa planificación y la determinación de los secuestradores, que explotaron la debilidad de las medidas de seguridad aeronáuticas y fronterizas mediante vuelos de prueba.

Un video tomado por las cámaras de seguridad muestra a cuatro de los secuestradores cuando pasan por los controles del aeropuerto internacional Dulles de Washington, antes de embarcarse en un avión que secuestraron y estrellaron contra el Pentágono el 11 de setiembre, pese a haber activado dos veces la alarma al pasar por el detector de metales, y pese a lo cual los encargados de seguridad no confiscaron sus cuchillos.

Kean y Hamilton entregaron a Bush una copia del informe y el mandatario les agradeció la «labor realmente bien hecha».

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