La pesca deportiva se perfila como el nuevo atractivo en Las Grutas

En la costa rionegrina hay muchísimas alternativas.La extracción de especies no afecta al ecosistema.

LAS GRUTAS (ASA).- La pesca deportiva marítima es un atractivo especial en la costa atlántica rionegrina aún no del todo aprovechado, en relación a la variedad y la buena talla de las especies que se capturan. Por ejemplo en estas épocas es posible pescar tanto de costa como embarcados, en forma particular o a través de las empresas que explotan ese servicio.

Una posibilidad es trasladarse hasta la Salmonera, ubicada a unas pocas millas frente a Las Grutas, posicionar la lancha en ese sitio y proceder a arrojar unos 75 u 80 metros de línea -como mínimo de 0.50 mm. de espesor- con uno o dos anzuelos de mediano tamaño.

Se aconseja el uso de reeles rotativos, con varas de entre 2 y 3 metros de largo, resistentes.

La carnada puede ser anchoa grande cortada por la mitad, bien sujeta al anzuelo o bien pulpitos enteros atravesados para que no se deshagan ni se pierdan ante el pique del pez.

El salmón -en realidad “falso salmón”, ya que no pertenece a la familia de los salmónidos- es una pez demersal que habita en las profundidades del golfo San Matías. Vive alrededor de 30 años y puede alcanzar los entre 8 y 10 kilos de peso.

La pesca deportiva se caracteriza por la devolución de las piezas obtenidas al medio de donde se las extrajo. Pero en el golfo, donde la variedad y la cantidad de peces es elevada, la actividad aún es incipiente y no afecta en modo alguno el ecosistema, se acostumbra cuando son de buena talla conservarlas para preparar de formas diversas.

Muchas alternativas

En el caso del salmón lo más común es hacerlo a la parrilla, abierto al medio, a veces hasta conservando la cabeza entera y cubriéndolo con salsas en las que puede predominar el sabor del roquefort o del limón.

La pesca de esta pieza no tiene demasiados secretos. La plomada de entre 300 y 400 gramos lleva la línea entera hasta el fondo. Luego el pique del pez es claro y al producirse obliga al pescador a dar un suave tirón hacia arriba para que el anzuelo se clave. Luego se extrae lentamente, generalmente con la ayuda de la “estrella” para que el pez se vaya cansando, hasta que al subir varios metros la vejiga natatoria del salmón explote por efecto de la presión y la tarea se haga mucho más simple.

Para trasladarse hasta la zona de pesca, es posible utilizar una lancha de buen porte o un gomón grande, con uno o dos motores fuera de borda, por supuestos comandados por timoneles habilitados por la Prefectura Naval Argentina quien debe dar la autorización para la partida.

Otra posibilidad es la contratación del servicio de la empresa Cota Cero, ubicada en la Tercera Bajada, quienes desde hace varios veranos ofrecen las salidas de pesca embarcada a bordo de sus cómodas lanchas, aportando también equipo y un refrigerio.

También se puede desde la costa

Desde la costa la pesca en esta zona es muy atractiva. Lo más clásico, es el pejerrey que se extrae tanto en la Conchilla, en la Península Villarino a 5 kilómetros del Puerto de Ultramar, o en la Rinconada a pocas cuadras de Las Grutas.

Pero el boom en estos meses es la pesca de tiburones de panza blanca -conocidas comúnmente como “bacotas”- que llegan a pesar hasta 150 kilos y medir entre 2 y 3 metros de largo. Los enormes ejemplares se capturan generalmente de noche, en la playa de La Conchilla, con varas muy resistentes, reeles rotativos y líneas de tanza gruesa, terminadas en un tramo de polietileno o en cable grueso que no pueda ser cortado por los filosos dientes del pez.

Cuando pica uno, todos los pescadores se avisan entre sí y muchos dejan sus líneas para observar el espectáculo. Con las piernas clavadas en la arena, los brazos rígidos y un nerviosismo extremo el afortunado pescador empieza la pelea contra el condrictio.

En la lucha, el animal tiende a nadar en paralelo a la costa, llevando la línea a más de 100 metros de distancia de su posición inicial. La clave está en darle posibilidad de escape hasta que se agote y luego aprovechar el momento para ir lentamente enrollando.

Seguramente al ir llegando a la costa el pez volverá a la pelea y el esfuerzo será agotador. La batalla suele durar entre una y dos horas, pero la experiencia es inolvidable. También de noche pueden pescarse chuchos -rayas- o pez gallo.

En el muelle del Puerto -de día y siempre y cuando no haya barcos operando y Prefectura permita el paso-, se obtienen decenas de magrúes, un pez graso que sirve para carnada para la pesca del tiburón, y también algunos sargos.

Esta pesca es mucho más familiar y permite que sobre todo los más chicos se diviertan durante horas.


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