La piratería afecta la cadena de producción y comercialización
Las realizaciones de películas no siempre resultan redituables ni permiten recuperar las inversiones al exhibirlas. Para obtener ganancias, los lanzamientos son planificados e incluyen intervalos para cada medio, conocidos como “ventanas de distribución”: primero, los estrenos en los cines; luego, las ediciones en VHS y DVD (en principio para que se alquilen en los videoclubes y luego para venderlas directas) y, finalmente, las transmisiones por televisión. La piratería afecta todos los eslabones de la cadena de producción y comercialización: a los productores, los directores, los guionistas, los actores, los técnicos, los estudios, los distribuidores, los exhibidores, la industria publicitaria y el gobierno (menos ingresos por impuestos). La aparición de internet y el lanzamiento de formatos como el DVD y el CD, la mayor adquisición de reproductores de DVD y la evolución de la tecnología permiten obtener copias de mayor calidad y contribuyen a la formación de estructuras ilegales. Las copias ilegales pueden realizarse en laboratorios caseros y venderse y/o alquilarse en videoclubes, puestos callejeros y quioscos de diarios y revistas. La piratería on-line resulta del uso no autorizado de películas en internet y se agrava por su mayor penetración en los hogares y el incremento del servicio de banda ancha. Existen otras modalidades de piratería, como las grabaciones ilegales dentro de los cines durante las proyecciones, screeners (copias ilegales extraídas de las legítimas) y copias back to back (menos frecuentes, que resultan de conectar dos videocaseteras). La importación paralela, en el caso del mercado del video, se refiere a películas que ingresan en soporte DVD, originalmente para Estados Unidos y Canadá. Es legal, siempre que sean para uso personal y no para comercializar (varias copias de un mismo título). Es importante destacar la importación de soportes vírgenes (DVD-R). La Asociación Argentina de Distribuidores Cinematográficos, la Motion Picture Association y la Unión Argentina de Videoeditores encararon campañas de lucha contra la piratería. Periódicamente se conocen allanamientos en diferentes lugares que permitieron secuestrar copias piratas en varios formatos (y también computadoras, impresoras y reproductores). Las entidades antes nombradas firmaron un convenio de protección de la propiedad intelectual con los sitios de venta. No obstante, se verificaron “defraudaciones a los derechos de autor”, con sanciones de cumplimiento efectivo y otras que suman antecedentes delictivos. Si bien la piratería está prevista por la ley 11723 de propiedad intelectual, las sanciones son excarcelables.
Las realizaciones de películas no siempre resultan redituables ni permiten recuperar las inversiones al exhibirlas. Para obtener ganancias, los lanzamientos son planificados e incluyen intervalos para cada medio, conocidos como “ventanas de distribución”: primero, los estrenos en los cines; luego, las ediciones en VHS y DVD (en principio para que se alquilen en los videoclubes y luego para venderlas directas) y, finalmente, las transmisiones por televisión. La piratería afecta todos los eslabones de la cadena de producción y comercialización: a los productores, los directores, los guionistas, los actores, los técnicos, los estudios, los distribuidores, los exhibidores, la industria publicitaria y el gobierno (menos ingresos por impuestos). La aparición de internet y el lanzamiento de formatos como el DVD y el CD, la mayor adquisición de reproductores de DVD y la evolución de la tecnología permiten obtener copias de mayor calidad y contribuyen a la formación de estructuras ilegales. Las copias ilegales pueden realizarse en laboratorios caseros y venderse y/o alquilarse en videoclubes, puestos callejeros y quioscos de diarios y revistas. La piratería on-line resulta del uso no autorizado de películas en internet y se agrava por su mayor penetración en los hogares y el incremento del servicio de banda ancha. Existen otras modalidades de piratería, como las grabaciones ilegales dentro de los cines durante las proyecciones, screeners (copias ilegales extraídas de las legítimas) y copias back to back (menos frecuentes, que resultan de conectar dos videocaseteras). La importación paralela, en el caso del mercado del video, se refiere a películas que ingresan en soporte DVD, originalmente para Estados Unidos y Canadá. Es legal, siempre que sean para uso personal y no para comercializar (varias copias de un mismo título). Es importante destacar la importación de soportes vírgenes (DVD-R). La Asociación Argentina de Distribuidores Cinematográficos, la Motion Picture Association y la Unión Argentina de Videoeditores encararon campañas de lucha contra la piratería. Periódicamente se conocen allanamientos en diferentes lugares que permitieron secuestrar copias piratas en varios formatos (y también computadoras, impresoras y reproductores). Las entidades antes nombradas firmaron un convenio de protección de la propiedad intelectual con los sitios de venta. No obstante, se verificaron “defraudaciones a los derechos de autor”, con sanciones de cumplimiento efectivo y otras que suman antecedentes delictivos. Si bien la piratería está prevista por la ley 11723 de propiedad intelectual, las sanciones son excarcelables.
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