La política neuquina también se hace en los bares
Lejos de las tribunas y los despachos, los dirigentes tienen dónde discutir.Los alineamientos trazan un circuito gastronómico en el microcentro.
NEUQUEN (AN).- El mundo de la política neuquina no vive sólo en despachos, salones o tribunas: dirigentes de todos los colores atan acuerdos, toman decisiones y discuten opciones sentados a la mesa de un bar, café de por medio, o disfrutando de un buen plato en los restoranes del centro de Neuquén. Hasta hace poco en el MPN cada uno sabía cuál era el centro de encuentros de sobischistas y felipistas pero los grandes pases de bando del año pasado aportaron tanta confusión que ahora es difícil distinguir con qué sector se identifica cada confitería.
Salvo algunos casos muy especiales, los políticos y gobernantes de Neuquén suelen mezclarse entre los habitantes comunes de la ciudad en los bares y los restoranes sin ser molestados. Aunque tuvo problemas en un cine cuando era gobernador, la imagen de Felipe Sapag caminando junto a su esposa por las calles del centro es ejemplo de ello.
En tiempos electorales los bares neuquinos se transforman en verdaderas oficinas de campaña y algunos partidos políticos hasta han ofrecido conferencias de prensa en alguna que otra confitería.
Es difícil que alguno lo reconozca, pero en una de las mesas de estos bares comenzaron a pensarse proyectos y estrategias que, con el tiempo, llegaron a ser realidad.
Hasta hace un año había ámbitos para sobischistas y otros para felipistas, pero la confusión que reina en el MPN desde que el oficialismo fue quitándole a su rival interno muchos de sus dirigentes se trasladó a los cafés y restoranes.
Pero hay bastiones difíciles de quebrar. Esencialmente son dos bares: Varoli y Donato.
El primero lleva el sello oficialista en sus tickets porque sus dueños son Jorge Sobisch y Carlos Sandoval, un funcionario de segunda línea del Banco Provincia de Neuquén que, además de amigo del gobernador, es una de las personas en la que más confía. Alguna vez Sobisch contó que Sandoval y él habían dejado al cuidado del bar a dos de sus hijos.
En Varoli reina el sobischismo. Este pequeño pero coqueto bar está ubicado en la misma cuadra de la Catedral, sobre la avenida Argentina. En verano sus mesas en la vereda son una vidriera y a la vez un mirador envidiables.
A Donato, en cambio, no lo identifica con el felipismo el nombre de su propietario sino sus clientes. Ubicado en diagonal con la radio LU5, en la esquina de Santa Fe y Alberdi, en este tradicional bar neuquino se reúne, si no todos, buena parte de los más estrechos operadores de Felipe Sapag. Es el caso de Guillermo Pereyra, que fue uno de los diputados más activos del bloque felipista durante el gobierno anterior y ahora está tan en el sobischismo que es subsecretario de Trabajo.
El ex gobernador es, además, uno de los clientes de Donato. Durante su último gobierno, era llamativo observar cómo la custodia oficial esperaba en la esquina de enfrente que el mandatario terminara su café los sábados por la mañana.
Su hija, la senadora nacional Silvia Sapag, parece atraída por otro tipo de ambientes. Es muy común, cuando está en Neuquén, verla en Margarita, el bar de sesgo juvenil que está en la esquina de la avenida Argentina y Carlos H. Rodríguez, pegadito a Varoli.
Junto a Silvia Sapag también Hebe Adala -ex subsecretaria de Educación de la provincia- opta por Margarita, que tiene otra característica ligada a la política: su dueño es hijo de Osvaldo Pellín, el ex ministro y diputado sobischista que ahora integra el Frepaso y la Alianza a través del Partido Socialista Popular.
Pero hay políticos que no siguen la corriente y optan por la tranquilidad de bares menos concurridos. Es el caso del ex intendente neuquino Luis Jalil y de la confitería Marron’s, de la avenida Argentina y Rivadavia.
El amplio salón de este bar usó Jalil como oficina de campaña durante la etapa preelectoral de 1995. Todavía hoy suele dejarse ver en una de sus mesas.
Los restoranes juegan su papel
NEUQUEN (AN).- Los restoranes también juegan un papel muy importante en la vida política neuquina y en especial en la del MPN. En este caso, ya no hay exclusividades: muchos dirigentes disfrutan de exquisitos platos mientras sus enemigos públicos comen en mesas cercanas.
Quizás en La Mamma, en la diago-nal Nueve de Julio donde reinan las pastas, se ven más estas situaciones.
La pizzería Valentino -que ahora funciona en el Patio del Alto- lleva un sello que lo identifica dentro de la política neuquina porque el presidente del bloque de diputados provinciales del MPN, Julio Falleti, es uno de sus dueños.
La Birra, un local que nació como una pizzería relacionada con el felipismo, añadió sabrosos platos a su menú y políticos de muchos colores a su lista de clientes. Gente que no tiene nada que ver con la política se sorprendió cuando apareció Jorge Sobisch en este restorán, que está en Santa Fe e Independencia.
Los sobischistas siempre fueron fuertes en El Sótano, de Brown y Juan B. Justo, distinguido por el trato de sus mozos. Allí concurren no sólo Sobisch y su esposa, Liliana Planas, sino también buena parte del gabinete, como el subsecretario General de la gobernación y sobrino de la primera dama neuquina, Rodrigo Salvadó.
NEUQUEN (AN).- El mundo de la política neuquina no vive sólo en despachos, salones o tribunas: dirigentes de todos los colores atan acuerdos, toman decisiones y discuten opciones sentados a la mesa de un bar, café de por medio, o disfrutando de un buen plato en los restoranes del centro de Neuquén. Hasta hace poco en el MPN cada uno sabía cuál era el centro de encuentros de sobischistas y felipistas pero los grandes pases de bando del año pasado aportaron tanta confusión que ahora es difícil distinguir con qué sector se identifica cada confitería.
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