La presidenta cargó contra sindicalistas y el radical Aguad

BUENOS AIRES (ABA).- La presidenta Cristina Fernández agradeció a la oposición que apoyó la “esencia” de la estatización de YPF, pero como muchas veces “no pudo con su genio” y deslizó una crítica al diputado Oscar Aguad (uno de los radicales que no votó en favor de la ley) cuando defendió el valor del factor emocional en política. “Pobres los que no tienen emoción”, expresó la mandataria como cara opuesta al legislador, que había expresado que el destino de la petrolera no se puede manejar en base a sentimientos, aún cuando sean mayoritarios. También la mandataria apuntó a los empresarios (tras expresar su indignación porque la Argentina esté importando arena). Les pidió –a los hombres de negocios– que inviertan en el país “Porque las estamos subsidiando mientras la han juntado en pala durante todos estos años”. Pero los dardos más duros los dirigió al sindicalismo moyanista a partir de la dura embestida que descargó contra los petroleros que cortan los yacimientos en Santa Cruz. “Hoy cortar con la cara cubierta y quemar llantas es propio de patrullas perdidas”, disparó desde el estrado la titular del Ejecutivo. Lo hizo tras recordar la “reconversión” del actual intendente de Cutral Co, (Ramón) Rioseco, a quien citó como uno de los primeros líderes piqueteros . (Ver aparte) El pedido de madurez a los gremialistas y otras alegorías, fueron partes del discurso recibidos con euforia por los cuadros juveniles. Como cuando se refirió a los sindicalistas que compran dólares. Pero cierto frío recorrió el Salón de las Mujeres de Casa de Gobierno. Facundo Moyano –diputado e hijo del secretario General de la CGT– se retiró con el rostro decencajado, en tanto Héctor Recalde –también legislador y asesor de Hugo Moyano– estaba absorbiendo el golpe sin darse por aludido. “Fue una cuestión puntual relacionada con la situación en la Patagonia”. Contemplativo, Luis D Elía repitio esto último. “Es por lo de Santa Cruz”, atenuó el dirigente social. Pero quien más pudiera recibir el impacto, el líder de los petroleros Gullermo Pereyra, no asomó por la Rosada. En cambio en primera fila estuvieron el metalúrgico Antonio Caló y los moyanistas (aunque atenuados) Omar Viviani y Jose Luis Lingeri. En esa misma hilera estaban el ex candidato kirchnerista y diputado Martín Sabbatella, los dirigentes de la Cámpora, Andres “el Cuervo” Larroque y Juan Cabandie. Una de las primeras en llegar fue la actriz Andrea del Boca. Entre los políticos el más aplaudido fue el jefe de bloque de diputados, Agustín Rossi. “Chivo, Chivo”, corearon los asistentes de la JP cuando la presidenta dijo que las convicciones se defienden aún a costa de recibir “huevazos” (en alusión a la agresión que en un momento recibió de un sectror del campo). Al lado estuvo sentado el senador Miguel Pichetto.

Facundo Moyano se retiró desencajado cuando Cristina criticaba a su padre.


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