“La primera vez que nos pasa”
“Siempre que llego tengo que llamar la atención”, comentó, sonriendo. Rodolfo Schmitd, a sus colegas del Aeroclub Bariloche tras el aterrizaje de emergencia que había protagonizado junto con Raúl Durán, en la avioneta Cessna LV-MOZ. “Es la primera vez que me pasa”, señaló Rodolfo, quien nunca perdió la tranquilidad a bordo de la avioneta que fue fabricada en 1989. Raúl tampoco había vivido una situación así. Raúl cuenta que había llegado del campo a su casa y que Rodolfo lo invitó para que lo acompañara hasta Bariloche, donde tenía que pasar a buscar a un amigo, para seguir viaje hoy hacia Pucón, en Chile para participar de un encuentro aeronáutico internacional. La invitación tuvo su cuota de aventura. Pero ambos explicaron que hay un procedimiento para este tipo de emergencias. Los celulares sonaban con frecuencia. Familiares de los pilotos querían saber qué había pasado y ellos explicaron con una serenidad admirable el incidente y la maniobra que habían realizado. Ambos tenían previsto pasar unas horas en Bariloche para pescar y comer un asado. La pesca estaba casi descartada ayer porque había poco tiempo, pero el asado era un hecho. Más aún con una anécdota fresca para contar.
“Siempre que llego tengo que llamar la atención”, comentó, sonriendo. Rodolfo Schmitd, a sus colegas del Aeroclub Bariloche tras el aterrizaje de emergencia que había protagonizado junto con Raúl Durán, en la avioneta Cessna LV-MOZ. “Es la primera vez que me pasa”, señaló Rodolfo, quien nunca perdió la tranquilidad a bordo de la avioneta que fue fabricada en 1989. Raúl tampoco había vivido una situación así. Raúl cuenta que había llegado del campo a su casa y que Rodolfo lo invitó para que lo acompañara hasta Bariloche, donde tenía que pasar a buscar a un amigo, para seguir viaje hoy hacia Pucón, en Chile para participar de un encuentro aeronáutico internacional. La invitación tuvo su cuota de aventura. Pero ambos explicaron que hay un procedimiento para este tipo de emergencias. Los celulares sonaban con frecuencia. Familiares de los pilotos querían saber qué había pasado y ellos explicaron con una serenidad admirable el incidente y la maniobra que habían realizado. Ambos tenían previsto pasar unas horas en Bariloche para pescar y comer un asado. La pesca estaba casi descartada ayer porque había poco tiempo, pero el asado era un hecho. Más aún con una anécdota fresca para contar.
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