La prueba de los autos chocadores
Pasó de todo en la apertura del certamen anual en Mar de Ajó.
A los golpes empezó un nuevo certamen el Turismo Nacional, y no precisamente por-que hubo pocos participantes o aficionados. Todo lo contrario. Si bien la categoría se caracteriza por la cantidad de maniobras al límite, esta vez a los pilotos se les fue la mano en el autódromo de Mar de Ajó. Las series fueron un anticipo de lo que se vería después en las dos finales. Hubo golpes de toda clase y polémicas al por mayor. En medio de los golpes, Adrián Percaz logró una notable victoria en la Clase 2, después de aguantar durante toda la final a no menos de media docena de pilotos, y Martín Ferrari sorprendió en la 3, porque no estaba entre los candidatos.Las mayores expectativas las generaba la división mayor, donde están los pilotos con más trayectoria, incluso algunos que se lucen en otras categorías. La lluvia jugó un papel decisivo en la clasificación. Aparecieron adelante en las series algunos que pelean atrás y varios de los más rápidos largaban desde el fondo. Encima, el desgaste de los neumáticos planteaba un gran interrogante. Lejos de cuidar, tanto en las series como en la final se dieron como en la guerra. Muchos quedaron afuera por los golpes, como el roquense Javier Romera, al que lo embocaron de atrás en largada de la final; otros por los neumáticos. En definitiva, en una prueba plagada de autazos y golpes de escena, apareció Ferrari adelante y se la bancó hasta el final, escoltado por Hubo Lepphaille y Pablo Redolfi. Romera, quien en la serie largó duodécimo y cuando venía cuarto se llevó puesto a Esteban Tuero, rompiendo la suspensión de su auto, largó desde la decimoctava fila y abandonó en la primera vuelta. El viedmense Ricardo O. Alzueta avanzó en la serie, donde quedó noveno, pero lo perjudicó un roce con Néstor Percaz en la final y abandonó. En la menor se impuso Adrián Percaz, después de aguantar durante toda la prueba a Ignacio Boero, Gonzalo Alcaine y compañía.
A los golpes empezó un nuevo certamen el Turismo Nacional, y no precisamente por-que hubo pocos participantes o aficionados. Todo lo contrario. Si bien la categoría se caracteriza por la cantidad de maniobras al límite, esta vez a los pilotos se les fue la mano en el autódromo de Mar de Ajó. Las series fueron un anticipo de lo que se vería después en las dos finales. Hubo golpes de toda clase y polémicas al por mayor. En medio de los golpes, Adrián Percaz logró una notable victoria en la Clase 2, después de aguantar durante toda la final a no menos de media docena de pilotos, y Martín Ferrari sorprendió en la 3, porque no estaba entre los candidatos.Las mayores expectativas las generaba la división mayor, donde están los pilotos con más trayectoria, incluso algunos que se lucen en otras categorías. La lluvia jugó un papel decisivo en la clasificación. Aparecieron adelante en las series algunos que pelean atrás y varios de los más rápidos largaban desde el fondo. Encima, el desgaste de los neumáticos planteaba un gran interrogante. Lejos de cuidar, tanto en las series como en la final se dieron como en la guerra. Muchos quedaron afuera por los golpes, como el roquense Javier Romera, al que lo embocaron de atrás en largada de la final; otros por los neumáticos. En definitiva, en una prueba plagada de autazos y golpes de escena, apareció Ferrari adelante y se la bancó hasta el final, escoltado por Hubo Lepphaille y Pablo Redolfi. Romera, quien en la serie largó duodécimo y cuando venía cuarto se llevó puesto a Esteban Tuero, rompiendo la suspensión de su auto, largó desde la decimoctava fila y abandonó en la primera vuelta. El viedmense Ricardo O. Alzueta avanzó en la serie, donde quedó noveno, pero lo perjudicó un roce con Néstor Percaz en la final y abandonó. En la menor se impuso Adrián Percaz, después de aguantar durante toda la prueba a Ignacio Boero, Gonzalo Alcaine y compañía.
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