La puja salarial complica el fin de año para el Gobierno de Neuquén

Una cruda radiografía muestra los ganadores y perdedores de la provincia.

¿Cómo es posible que una provincia que tiene tan sólo 550.000 habitantes y un presupuesto público proyectado para el próximo año superior a los 17.400 millones de pesos esté atravesando tan profunda crisis económica?

Con semejante monto a ejecutar, el Estado provincial dispone de unos 125.000 pesos anuales para cada familia que vive en el territorio neuquino. Un valor realmente significativo al relacionarlo con lo que detallan otras provincias en sus presupuestos.

Proyectando las tendencias que están presentando los gremios estatales neuquinos, la masa salarial podría ubicarse el año que viene cercana al récord de los 11.000 millones de pesos.

Es decir: algo más de 55.000 trabajadores públicos se llevarán esta sideral cifra de dinero o, lo que es lo mismo, cada empleado le saldrá al Estado neuquino, en promedio, unos 15.000 pesos por mes durante el próximo año fiscal. El resto de los fondos disponibles se usarán para dar cumplimiento al funcionamiento burocrático del sistema.

Pese a estas millonarias cifras mencionadas, la salud pública en la provincia se encuentra en uno los peores momentos de su corta historia, la educación perfora los niveles mínimos de calidad y la seguridad es sobrepasada por la ofensiva del delito en la mayor parte de las ciudades neuquinas.

¿Cómo se llega a esta paradójica situación con una provincia que registra los más altos niveles de ingresos de su historia y fondos que no alcanzan para sostener el normal desarrollo de la estructura burocrática del Estado?

Es difícil poder dar una única respuesta a este fenómeno. Mencionaremos sólo algunas hipótesis:

• Una inflación que terminó, en el mediano plazo, minando los ingresos de la provincia.

• La perversa relación que mantuvo Jorge Sapag con el gobierno nacional en estos últimos siete años que, si dudas, afectó los niveles de ingresos neuquinos.

• La pérdida de la soberanía hidrocarburífera producto de la cesión continua de derechos en pos de un objetivo político ajeno a las reales necesidades de la provincia.

• La falta de gestión de la administración neuquina que terminó por afectar sus servicios esenciales del sistema.

En el actual contexto económico, Neuquén tiene muy poco margen para poder aumentar en forma masiva su masa salarial.

Si bien los ingresos en pesos corrientes pegaron un importante salto en estos últimos años, cuando se los lleva a valores constantes –por el índice de precios de la provincia– se observa un deterioro real sobre esta masa de recursos.

El rol de los salarios

El proyecto de presupuesto para 2014 estima un gasto total de 17.400 millones de pesos. De esa cifra, hasta pocas semanas atrás la masa salarial se llevaba cerca de 9.500 millones de pesos. Es decir: el 55% del total de las erogaciones neuquinas proyectadas para el próximo año sería fagocitado por la partida de personal.

Pero en sólo un par de días el escenario presupuestario para Neuquén se modificó drásticamente.

Luego del aumento otorgado a las fuerzas de seguridad, todos los gremios salieron a reclamar una mejora en sus haberes.

Estimaciones dan cuenta de que, llegando a un mínimo acuerdo por los reclamos, la masa salarial podría alcanzar los 11.000 millones de pesos y esta suba –del 15% respecto del proyecto presentado ante la Legislatura– sólo podría ser compensada con un aumento de la deuda pública.

En los recuadros adjuntos se detalla la evolución del costo salarial promedio (masa/cantidad de trabajadores) de algunas de las áreas del Estado provincial. Éste es un dato a tener en cuenta a la hora de analizar el presupuesto y su estructura de gastos corrientes.

Para tener una referencia sobre cuál es el salario de bolsillo del trabajador, al valor que se registra en los recuadros hay que restarle un 38% promedio que corresponde a los aportes y contribuciones que se encuentran afectados sobre los haberes.

Cuando se analiza el comparativo salarial entre las distintas áreas, claramente se observa que los docentes son los que más sufrieron el paso del tiempo. Conducta paradójica teniendo en cuenta que la educación es uno de los factores determinantes para el desarrollo económico en el largo plazo. Sus beneficios van más allá de la formación de una sociedad y contribuyen tanto al crecimiento y la productividad como a diversos fines sociales entre los que pueden mencionarse mejoras en las condiciones de salud y la reducción de la desigualdad.

En este sentido el gasto público en Educación juega un papel preponderante para alcanzar dichos beneficios.

Ahora bien, destinar más recursos es una condición necesaria pero no suficiente, ya que por sí sola no garantiza que se alcancen los beneficios que se buscan en una educación con un mínimo nivel de calidad. De esta forma, evaluar el impacto distributivo y la eficiencia de ese gasto se vuelven dos cuestiones cruciales para el futuro de Neuquén, ya que en este contexto de crecientes niveles de gasto es imprescindible su correcta focalización para mejorar los resultados.

Javier Lojo – jlojo@rionegro.com.ar


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