La quema de decomisos a cielo abierto hace «insoportable» el paso por la 151 02-11-03

Vecinos de Catriel y de 25 de Mayo dicen que "en la ruta el olor es nauseabundo"

CATRIEL (ACA).- Vecinos de Catriel y 25 de Mayo, que circulan por la ruta 151 diariamente, se quejan de los olores que despide un pozo donde se queman a cielo abierto carnes, achuras y otros decomisos hechos por Funbapa. Según las fuentes, allí se queman carnes y achuras producto de los decomisos en un pozo que está a pocos metros de la ruta y del puesto de control, pero no se tapan. «Los residuos nunca terminan de quemarse y no se tapan. El olor nauseabundo es insoportable en la ruta, donde los que pasamos en vehículos debemos detenernos a veces por el control policial», señaló un vecino.

Este diario llamó reiteradamente al puesto de control de «Puente Dique» pero el responsable no se encontraba en el lugar y el personal de guardia no brindó información al respecto.

En este mes se realizaron en el lugar dos decomisos, aunque trascendió que no sólo se quemaría lo que se decomisa en el puesto de Puente Dique, sino también lo que se trae de los operativos que se realizan en otras localidades.

Fuentes policiales -que también trabajan en el lugar- consultados por «Río Negro» señalan que en los meses de verano, si se hace algún secuestro de este tipo de mercaderías, las mismas son incineradas, pero -por el tipo de residuos- proliferan en el lugar las moscas y los gusanos, además del fuerte olor que llega hasta donde se hacen los controles.

Semanas atrás, cientos de kilos de achuras sin la autorización correspondiente que eran transportadas en un camión fueron decomisadas allí. Una semana antes también se había realizado un operativo donde debieron ser decomisados varios kilos de carne. Toda esa mercadería fue quemada en el pozo en cuestión y -al menos hasta ayer- no se había tapado.

El sistema de incineración es rudimentario. Se arroja en el pozo el producto a quemar y se lo rocía con combustible, o en algunos casos se les tirarían algunas cubiertas en desuso que ayuden a la combustión. El sistema no garantiza que se queme totalmente la mercadería. Esto hace que el resto entre en descomposición.

«Yo creo que está muy bien que se hagan los controles. Pero a la par de cada decomiso se cobra una multa al infractor. Con esos recursos, bien podrían haber puesto un horno adecuado, que evite estos olores. Además no sabemos si son sólo olores, porque la proliferación de moscas y gusanos pueden acarrear enfermedades que no sabemos», dijo un viajante que recorre ese trayecto semanalmente.

«Yo he visto que queman la carne con cubiertas. Y se sabe que el humo de las cubiertas es contaminante. Claro que no es todos los días, pero si por un lado hacen un control para evitar que alguna enfermedad pase esa barrera y garantizar sanidad animal, también deberían preguntarse qué clase de impacto ambiental arroja esta manera poco profesional de incinerar», opinó un vecino de 25 de Mayo.


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