La región pisa fuerteen el tango

Pablo Contreras y Cynthia Palacios son la pareja finalista del V Mundial de Tango.

EDUARDO ROUILLET

Del 16 al 26 de agosto, el Pabellón Ocre de La Rural de Palermo, estará literalmente tomado por los compases del dos por cuatro y el V Campeonato Mundial de Baile de Tango que el Ministerio de Cultura del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires organiza desde 2003. Hay parejas argentinas y de todas partes del planeta, en las categorías Tango Salón y Tango de Escenario. Y las hay también de la región.

Es más, la pareja que forman el roquense Pablo Contreras y la allense Cynthia Palacios superó la etapa clasificatoria del 17 y 18 pasados, pasó a la Semifinal, que se desarrolló el martes y miércoles, y accedió ahora a la Final de Tango Escenario que se hará mañana desde el atardecer hasta bien entrada la noche.

«El momento más fuerte fue el primer día», dice Pablo en diálogo con «Río Negro», y en medio de la euforia- «Era la primera vez que estábamos en el escenario del Mundial y sentíamos toda la carga encima de saber que por haber sido campeones patagónicos teníamos la responsabilidad de dejar bien representada a la región. Cuando estábamos en camarines, descubrimos que nos había tocado la ronda más difícil de semifinales, porque íbamos a competir con campeones de todo el mundo, contra los mejores seleccionados por los distintos países que enviaron representantes a Argentina. Eso fue una presión mayor todavía para nosotros. Poco antes de salir, hi

cimos una prueba de escenario (a telón cerrado) y el piso estaba resbaloso. ¡Teníamos unos nervios increíbles!» (Risas).

– ¿Al salir a bailar, se serenaron?

-Nos pasó algo muy loco… Para la Fiesta de la Manzana en Roca habría no sé- más de treinta mil personas, y bailamos muy relajados. No nos intimidó tanta gente… Acá eran menos, pero se trataba

del Mundial y te mentiría si dijera que salimos relajados. Tratamos de que no se notara en la ejecución de la coreografía, pero por dentro nos temblaba todo.

Pablo (28) no cabe en su cuerpo, está lleno de una energía que se le escapa en la velocidad de su decir, en la sonrisa nerviosa, en los movimientos que acompañan sus palabras… «Teníamos presente la imagen de los rostros de los tangueros amigos que confían en nosotros, que nos desearon toda la suerte, y tienen sus expectativas puestas en Cynthia y en mí; diciéndonos que estamos cumpliendo un sueño que muchos de ellos no pueden concretar porque ya están grandes o no tienen todavía las condiciones. No bailamos solos sino con tantos amigos que nos conocen y nos quieren.»

 

Dos por cuatro de historia

 

«Ambos dirigimos el Ballet del municipio de General Roca y el Taller Municipal de Tango. Yo bailo hace once años y Cynthia (18, de Allen) hace como cinco. Vinimos a Buenos Aires. Yo aprendí con tangueros porteños, pero ahora, directamente, la coreo la armamos nosotros; dos o tres veces al año viajamos y tomamos cursos, pero lo demás ya es trabajo propio.»

– ¿Saben qué consideró el jurado para elegirlos finalistas?

-Se escuchó entremedio, esos comentarios de pasillo, que están apostando a recuperar la esencia del tango que se estaba perdiendo mucho. Demasiada acrobacia… ¿Viste los chicos colombianos que ganaron el año anterior? Bueno, su estilo es muy rápido, de mover mucho las patitas, hacen algunos pasos algo parecido a la salsa… Es muy estilizado, pero no ponen un cable a tierra, no frenan en momento alguno. La de Colombia es la delegación más numerosa, pero a la Final pasaron sólo dos parejas».

– Describime el momento en que los proclamaron finalistas.

-(Suspira hondo) Fue increíble… Como dijimos hace un tiempo y salió en el diario «Río Negro», ya nos sentíamos realizados por haber ganado en nuestra tierra. Venir acá era disfrutarlo y, nuestra meta, llegar a la Final. Ya la cumplimos. No sé… Lo único que hicimos fue abrazarnos, llorar y en un acto instintivo, me di un beso en la mano y la apoyé en el piso del escenario. Queríamos estar entre los mejores dieciséis del mundo… Ahora, que sea lo que Dios quiera… Estuvimos nerviosos la primer noche, la segunda… Se nos viene la última y vamos a disfrutarla a pleno, vamos a dejar el corazón en la pista. Va a ser más para nosotros el baile de mañana.

En ambas semifinales, Pablo y Cynthia danzaron «Recuerdo» en la formidable versión del Sexto Mayor, el mismo tango que harán en su última presentación. «El Jurado quiere que no se pierda la esencia del tango y con mi pareja, vimos, desde que llegamos a Buenos Aires -ya en las rondas preliminares- que la mayoría de las parejas ejecutaban pasos y secuencias,

había mucha destreza física, mucho aeróbico, pero no se transmitían entre ellos, no había comunicación y no estaba esa cosita, ese qué sé yo, que se dice del tango… Y apostamos justo a esto último porque siempre trabajamos desde el punto de vista de sentirlo nosotros, de meternos en la coreografía, en lo que queremos representar y tratar de llegar a la gente.»

«El Jurado quería más esto, que no pase a ser algo frívolo. Y nuestra coreo es como una puesta en escena, una pequeña novela que representamos en tres minutos, que actuamos, además de bailar. Y eso parece que pegó bastante. Cuando salimos de competir estábamos en el patio de ventas de La Rural y se nos acercó una pareja para felicitarnos por la música que habíamos elegido, y porque supimos llegarles. Entendés? Estaban cansados de ver dúos fríos y si bien nosotros no mostramos tantos recursos acrobáticos, llegamos con lo emotivo. Estamos recontentos… Mañana vamos a estar muy tranquilos porque ya la presión se nos fue. Vamos a disfrutar y a dejar todo allí arriba…, asegura el finalista local.


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