La responsabilidad del gobierno nacional quedó en evidencia

A su pesar, la responsabilidad del gobierno nacional quedó marcada a fuego al menos en dos aspectos centrales en la tragedia que terminó con la vida de un policía de Santa Cruz. No sólo porque es imposible sacar del contexto del análisis la geografía presidencial sino por dos cuestiones, una política y otra económica.

Desde lo político, el hecho involucra al gobierno desde dos puntos de vista. En primer lugar, porque éste siempre dijo que no quería encauzar las protestas de cortes de rutas o calles de modo represivo, aún a riesgo de no defender el derecho de libre tránsito, para no tener que cargar con un episodio de violencia que terminara victimizando a los piqueteros.

Y en segundo término, porque la historia no indicaba que el muerto –además desarmado– podía quedar de este lado. Ahora, ya no se trata de activistas que folclóricamente queman gomas sobre las rutas, sino que las autoridades deberán salir a cazar a los asesinos.

Desde lo económico, porque el meollo de las protestas se centra en la evidente regresividad del sistema de mínimos que tiene la llamada Cuarta Categoría del Impuesto a las Ganancias, con una serie de escalas automáticas que no han computado todavía los ajustes de salarios que -inflación mediante- golpea mes a mes a trabajadores que ganan algo más de $ 1.800.

En este punto, y en cuidado prioritario de la caja fiscal, las autoridades económicas han estado más que inflexibles y hasta con cierta desidia aún no lograron decidir si elevar de una vez esos mínimos o cambiar el carácter de las deducciones para retrotraer el sistema a los tiempos previos a José Luis Machinea.

En los dos casos, el gobierno no tendrá más remedio que escuchar ahora la voz sibilina de algunos opositores y también la de sindicalistas de toda laya, con la CGT de Moyano y el gremio de camioneros a la cabeza, quienes con cierto aire de triunfo, pese a la tragedia, ya comienzan a pasarle las respectivas facturas por su modo excesivamente moroso de resolver los problemas.

(DyN, Hugo Grimaldi)


A su pesar, la responsabilidad del gobierno nacional quedó marcada a fuego al menos en dos aspectos centrales en la tragedia que terminó con la vida de un policía de Santa Cruz. No sólo porque es imposible sacar del contexto del análisis la geografía presidencial sino por dos cuestiones, una política y otra económica.

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