La ruta 242 asfaltada, un camino que no es un desatino

Vecinos del Valle y la Línea Sur se unen para retomar un sueño.

por SUSANA YAPPERT

sy@patagonia.com.ar

Río Negro tuvo una generación de soñadores. Una generación que fue joven cuando el territorio se hizo provincia y crecía al calor de la efervescente década de los ´60. Esta generación, como todas, tuvo sus errores y aciertos, pero vale destacar que si tuvo una virtud fue la de atreverse a soñar. Y a soñar sueños grandes. Aquella -la generación de nuestros padres-, recorría su provincia pensando en hacerla próspera. Iban de aquí para allá, por caminos de tierra, hablando entre vecinos de distintos pueblos para consensuar proyectos que la engrandecieran. Iban sembrando esos sueños. Muy pocos, crecieron y se hicieron realidad. Y demasiados quedaron dormidos. En letargo.

Las causas, de tan remanidas, aburren. Inestabilidad institucional que interrumpía procesos en marcha, carencia de organismos de planificación que pervivieran a esos cambios, desidia de los gobernantes, localismos, malas administraciones, etc. etc. Aun así es interesante repasar la historia, escuchar a aquella generación de sueños desmesurados. Porque el presente interpela. Y porque hay demasiado por hacer.

Quizá sea una señal de sanidad ciudadana el volver al pasado sin dejar de sacar los pies del presente, pero siempre con la mirada puesta en el futuro. Esta actitud contiene un necesario diálogo con los protagonistas del pasado y las nuevas generaciones que tomarán la posta en poco tiempo. Hace unos días, pensaba estas cosas luego de hablar con Eduardo Genoud, quien pertenece a esta generación de soñadores. Genoud, hace unos cincuenta años atrás llegó a esta provincia y la adoptó como propia.

Desde entonces se embarcó en distintas batallas personales y colectivas. Trabajó, prosperó y llegó a ser un empresario exitoso. Aun así no descansa, piensa en el futuro de la provincia. Lo desvelan aquellos sueños que sembraron en el pasado y que duermen en los cajones de funcionarios de turno. Por eso hace unos días «salió de sus cuarteles de invierno», motivado por algunos vecinos de la Línea Sur y del Valle, quienes lo convencieron de retomar un viejo anhelo: asfaltar la ruta que une el Valle con Bariloche.

Obviamente se sumó. Y así explica su decisión: «Se trata de una obra crucial para la provincia y para la tan postergada Línea Sur. ¡¿Cómo no sumarme a esta lucha si hace 40 años es

tuve entre quienes bregamos por su construcción en la creencia de que este camino era el correcto para el desarrollo de mi querida provincia?!.» Hace 41 años- recuerda Genoud- visitó Roca el presidente Arturo Illia con el propósito de colocar la piedra fundacional del puente Paso Córdoba. Aquel día, 6.500 personas, entre las que estaba él, asistieron a un almuerzo con el primer mandatario en la chacra de Canale para celebrar el acontecimiento. El puente y la pavimentación de la Ruta 242, se dijo entonces, sellaban el destino de esta parte del mapa. «Toda la prensa del país destacó la importancia de la ejecución de este tramo, y nadie, pero nadie, dudó de su trascendencia. Había consenso absoluto. El proyecto se celebró porque rebasaba de sentido. Hoy, 41 años después, a horas de que otro presidente visite la región, la ruta sigue sin asfaltarse y no figura entre las obras planificadas para la región», afirma el empresario convencido de la necesidad de plantear la iniciativa al presidente Néstor Kirchner.

Cabe agregar que, a diferencia de hace 40 años, la Patagonia es uno de los grandes destinos turísticos de la Argentina, pero no cuenta con un camino decente que atraviese la provincia de norte a sur. Genoud agrega al respecto: estamos comunicados con el norte por la Ruta 6 absolutamente pavimentada y que empalmaría con este viejo proyecto. De modo que lo que queda- señores- es exclusiva decisión del gobierno provincial que debería poner todas sus energías en conseguir fondos para la culminación de este tramo. De lo contrario seguiríamos desviando todo el tráfico hacia ese gran embudo que hoy es Neuquén, con todo lo que ello implica».

Y por último, los impulsores de este desafío destacan que la construcción de esta ruta se convertiría en alternativa de desarrollo para la Línea Sur en momentos en que está muy fresco el debate que la actividad minera dejó en la zona. «Si se habla con la gente -resumen- se darán cuenta que la opinión a favor de la pavimentación de la ruta a Bariloche es unánime».

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