La segunda vida de las cubiertas viejas

Entre 5 y 7 millones se desechan cada año en el país. La degradación se produce en 600 años. Pisos deportivos, veredas y playas de estacionamiento, algunos de los usos.

En la Argentina se desechan al año entre cinco y siete millones de cubiertas, que representan de 100.000 a 120.000 toneladas, constituyendo un severo problema ambiental, ya que se estima que la degradación se completa recién en 600 años. Además de problemas ambientales se generan también otros sanitarios: la propagación del dengue encuentra un favorable caldo de cultivo en los depósitos de agua que se forman en cubiertas viejas. También se alimenta la proliferación de roedores. En la región, las cubiertas viejas suelen ser empleadas para enfrentar las heladas por parte de productores agrícolas, quienes las encienden, generando daños en la salud de las personas y el medio ambiente. (ver pag. 6) En Buenos Aires, en el predio del CEAMSE, funciona la única planta industrial recicladora de neumáticos fuera de uso, constituida por fabricantes, importadores, reconstructores, cámaras empresarias del sector y organismos públicos. Es una trituradora primaria y secundaria y separadora de los distintos componentes. Allí, recolectores informales realizan tareas de separación y clasificación, mientras que el Centro INTI-Caucho efectúa los controles a través de auditorías técnicas. En el proceso de reciclado se recupera el acero y los restos de la tela de la estructura de los neumáticos, para luego ser destinados a nuevos usos. La planta produce molido de goma de los neumáticos, que es utilizado para la fabricación de pisos, pavimentos deportivos y canchas sintéticas, entre otras aplicaciones. El proyecto apunta a la sustitución de la importación del molido de goma y a facilitar la exportación de canchas sintéticas y pisos deportivos. Una alternativa que desarrolló el Instituto Nacional de Tecnología Industrial es la confección de pavimentos permeables a partir del reciclado de neumáticos. Para ello se combina hormigón con neumáticos triturados, lo que puede utilizarse para la pavimentación de calles, “favoreciendo el escurrimiento rápido de las aguas en días de lluvia”. La propuesta surgió del Centro de Caucho y la regional Patagonia del INTI y apunta a “reemplazar los agregados naturales, buscándole un lugar de disposición a estos desechos que ocupan un lugar importante en repositorios”, dice la ingeniera Alejandra Benítez, coordinadora de la unidad técnica tecnología de hormigón del INTI. “Sería útil para playas de estacionamiento, barrios, bicisendas donde no se requiere un alto compromiso estructural, porque las partículas de caucho disminuyen la resistencia del hormigón”, aclara el geólogo Fabio Luna, también del INTI, aunque aclara que “no es la solución para rutas o autopistas, que requieren alto tránsito”. “Otro uso posible es el empleo en paneles o bloques para la construcción de viviendas”, ya que “puede tener menor peso y mejor conductividad térmica y mayor relleno”, dice la ingeniera Benítez.


En la Argentina se desechan al año entre cinco y siete millones de cubiertas, que representan de 100.000 a 120.000 toneladas, constituyendo un severo problema ambiental, ya que se estima que la degradación se completa recién en 600 años. Además de problemas ambientales se generan también otros sanitarios: la propagación del dengue encuentra un favorable caldo de cultivo en los depósitos de agua que se forman en cubiertas viejas. También se alimenta la proliferación de roedores. En la región, las cubiertas viejas suelen ser empleadas para enfrentar las heladas por parte de productores agrícolas, quienes las encienden, generando daños en la salud de las personas y el medio ambiente. (ver pag. 6) En Buenos Aires, en el predio del CEAMSE, funciona la única planta industrial recicladora de neumáticos fuera de uso, constituida por fabricantes, importadores, reconstructores, cámaras empresarias del sector y organismos públicos. Es una trituradora primaria y secundaria y separadora de los distintos componentes. Allí, recolectores informales realizan tareas de separación y clasificación, mientras que el Centro INTI-Caucho efectúa los controles a través de auditorías técnicas. En el proceso de reciclado se recupera el acero y los restos de la tela de la estructura de los neumáticos, para luego ser destinados a nuevos usos. La planta produce molido de goma de los neumáticos, que es utilizado para la fabricación de pisos, pavimentos deportivos y canchas sintéticas, entre otras aplicaciones. El proyecto apunta a la sustitución de la importación del molido de goma y a facilitar la exportación de canchas sintéticas y pisos deportivos. Una alternativa que desarrolló el Instituto Nacional de Tecnología Industrial es la confección de pavimentos permeables a partir del reciclado de neumáticos. Para ello se combina hormigón con neumáticos triturados, lo que puede utilizarse para la pavimentación de calles, “favoreciendo el escurrimiento rápido de las aguas en días de lluvia”. La propuesta surgió del Centro de Caucho y la regional Patagonia del INTI y apunta a “reemplazar los agregados naturales, buscándole un lugar de disposición a estos desechos que ocupan un lugar importante en repositorios”, dice la ingeniera Alejandra Benítez, coordinadora de la unidad técnica tecnología de hormigón del INTI. “Sería útil para playas de estacionamiento, barrios, bicisendas donde no se requiere un alto compromiso estructural, porque las partículas de caucho disminuyen la resistencia del hormigón”, aclara el geólogo Fabio Luna, también del INTI, aunque aclara que “no es la solución para rutas o autopistas, que requieren alto tránsito”. “Otro uso posible es el empleo en paneles o bloques para la construcción de viviendas”, ya que “puede tener menor peso y mejor conductividad térmica y mayor relleno”, dice la ingeniera Benítez.

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