La selección persigue un objetivo eterno: ganar en Wembley 

Un partido que está rodeado de mucha historia.

LONDRES (Adrián Villegas, enviado especial de DyN) – Es el partido distinto que cualquier equipo anhela jugar. El fútbol argentino tiene tres clásicos rivales, desde siempre enconados adversarios y circunstancialmente enemigos: Brasil, el de Sudamérica; Uruguay, el de la vecindad rioplatense, e Inglaterra, el de mayor envergadura a nivel mundial, el que viene precedido de una emblemática historia que, todos saben, no se limitó exclusivamente a lo deportivo.

Argentinos e ingleses volverán a chocar hoy a las 17 (hora argentina) en el legendario y mítico estadio de Wembley, del cual el conjunto blanquiceleste nunca pudo llevarse la victoria, aunque sí episodios y momentos tremendamente dramáticos y emocionantes en las cinco presentaciones en suelo británico.

Como en 1951 por las titánicas atajadas de Rugilo, en el Mundial del «66, por la controversial expulsión de Rattín que derivó en un mayúsculo escándalo; en 1980 por la notable jugada de Maradona que repitió en México «86 pero con el el gol incluído. Y la última vez, en 1991, cuando se rescató un empate casi milagroso tras remontar un 0-2. Por es un partido especial por donde se lo mire, si bien no es por los punto.

Argentina va por la obsesión de su primer triunfo en estas tierras. Inglaterra por tomarse desquite de la épica batalla del último mundial de Francia, donde fue eliminada en octavos de final en una cardíaca definición por penales tras 120 excitantes minutos empatados 2 a 2.

De no surgir gestiones de apuro o improvisaciones muy propias de nuestro apasionante pero «maldito» fútbol, Argentina afrontará el último examen antes de disputar las cruciales Eliminatorias por un lugar en el próximo Mundial del 2002. Un largo sí, pero no tan sinuoso camino, como una considerable parte del periodismo se empeña en advertir, ya que se iniciará a finales de marzo frente a Chile.

Hoy, Inglaterra es el rival más calificado para cualquier selección y, por lo tanto, implica una riquísima e inmejorable ocasión para saber de verdad dónde anda parado el seleccionado argentino, en qué lugar del mundo podría situárselo, más allá de los caprichosos listados de la FIFA que las dos últimas ediciones lo mantuvo en el sexto puesto.

Los diarios locales le han concedido al «clásico» gran espacio en sus portadas, resonantes titulares en páginas interiores, fotografías múltiples y, en todos los casos, los hechos más memorables desde la primera vez el 9 de mayo de 1951. Y lo mismo las radios y la televisión, todo lo cual va de la mano de la febril pasión que el fútbol desata en la isla.

No se lo pierdan.·

Los desvelos de Batistuta

LONDRES (DyN, enviado especial).- Pocas veces, acaso nunca, a Gabriel Batistuta se lo ha visto tan preocupado por su futuro. El motivo es valedero, justo: a los 31 años advierte que su tiempo deportivo, si bien esplendoroso, avanza inexorablemente como la vida misma y reniega de una «vejez» futbolística, sin la chance de haber jugado en un club de primerísimo nivel de Europa.

Por eso que ya no anda con vueltas cuando se le toca el tema del ocaso de la Fiorentina y del notorio interés por contratarlo del Manchester United de Inglaterra, nada menos que el club más importante del mundo.

«Quiero esa oportunidad en el Manchester. La Fiorentina ya lo sabe, todos lo saben y yo lo estoy esperando con mucha ansiedad, porque a medida que pase el tiempo las ocasiones se irán diluyendo. Los dueños de la Fiorentina tendrán que reunirse y ver que quieren hacer con el equipo y conmigo», sentencia el gran artillero.

-Se te nota bastante «baboseado», como deprimido…

– No sé si tanto, pero contento no estoy y el ánimo no es bueno. Esa es la verdad. Es un momento difícil en mi carrera en el que tendré que mantener el equilibrio y meterle para adelante. No queda otra. Yo sigo esperando…

-¿Qué significa el partido con Inglaterra en Wembley?

– Mucho, pero tampoco exageremos. Vamos a tener que poner todo para salir bien de esa cancha.

-Vos tenés una única y muy buena experiencia en Wembley.

– Sí, jugué una sola vez y le ganamos al Arsenal 1 a 0 con un golazo mío. Fue en octubre del año pasado. Recuerdo que pateé un solo tiro al arco y entró. El triunfo le permitió a la Fiore seguir en la Copa de Campeones, saltar del último al segundo puesto.

-¿Te preocupa la lucha entre los clubes y las federaciones por la cesión de jugadores al seleccionado?

– Sí, claro, para nosotros, que estamos en el medio del problema, no es fácil. Es una situación muy desgastante y el rendimiento nuestro baja un poco. El tiempo para trabajar con la selección nunca es suficiente. Por lo menos ahora las partes se juntaron para charlar el asunto, antes, ni eso. Ningún jugador está de acuerdo con este sistema, pero hay que adaptarse porque si no renunciás a tu club o a la selección.

-¿En qué medida prestigia este partido?

– Mucho. Inglaterra es de lo mejor del mundo. Además, si jugás contra una selección del barrio podes ganar por goleada ver un lindo juego, pero no te sirve de nada porque lo que tenés enfrente no te ayuda.

-¿Es un partido especial para vos?

– No tanto, por mi parte no hay ánimo de revancha ni tengo rencores contra los ingleses. Puede ser que ellos sí lo tomen de una manera especial. Para nosotros significa ver dónde estamos parados. Wembley es un estadio con mucha historia pero nada más. No es lo mismo que jugar en la cancha de la capilla del barrio, pero tampoco es cuestión de exagerar.

-¿Te estás jugando la titularidad con Crespo?

– No sé a qué apunta esa pregunta, es una pregunta que no tiene sentido. Yo no me siento titular ni nada. Juego y basta. Aquí todos somos titulares, es un grupo altamente competitivo.

-¿Seguís con la idea de terminar tu carrera en Boca?

– Tengo todas las intenciones de volver a Boca y jugar un año allí. Pero tengo que estar bien, quiero ir a jugar, no a robar. A los 31 años me quedan cada vez menos años a mi disposición.

-¿Cuál es más clásico para Argentina, Inglaterra o Brasil?

– Pienso que un poco más Brasil.

-¿Te comentaron algo de la salida de Trapattoni y la posibilidad de que Ramón Díaz sea el nuevo técnico de la Fiore?

– No, nada.

-¿Y a vos te gustaría tenerlo a Díaz como entrenador?

– No me quiero comprometer ni opinar sobre este tema porque me puede traer problemas.

-¿Qué pensás sobre lo que le está pasando a Maradona?

– No sé que responder. Nadie sabe bien en qué condiciones está Diego, pero como cualquier argentino deseo que se recupere lo antes posible.

-¿Ves fútbol inglés?

– Ni inglés ni ninguno. Juego al fútbol y después a otra cosa, mi interés por el fútbol termina ahí.

-¿Y qué otras cosas te motivan?

– Muchas. Me gusta volar, estudiar inglés, navegar por Internet, ir al cine…

-¿Te estás preparando para ganar el próximo Mundial?

– Y, de alguna manera sí.

-¿Qué pensás hacer cuando te retires?

– Todavía no lo decidí. Entrenador no, empresario tampoco. Algo relacionado con el fútbol sí, pero no sé bien.


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