LA SEMANA EN SAN MARTÍN: Puesta en escena
El Deliberante de San Martín parece impedido de regalar a los vecinos una sesión sin pullas. El pico de esa lista de chisporroteos fue la resolución aprobada a instancias del MPN, que dispone investigar a dos concejales por supuesta participación en hechos de violencia. Se refiere a sucesos del 17 de octubre en el hotel del ISSN, que culminaron en una bochornosa zaga de insultos, huevazos y empujones.
Vecinos, militantes de ATE, de partidos políticos contrarios al oficialismo y organizaciones sociales, se quedaron afuera del quincho donde se negociaba con la cooperativa prestataria de servicios de limpieza del hospital por pagos atrasados, asunto del que ya se ocupó esta columna
La pasada semana la «Cootrasmal» había pedido la reunión a puertas cerradas con el ministro de Salud, y hubo indignación por esa actitud. Los más querían pedirle explicaciones al ministro por las carencias del hospital. Pero, vale suponer, otro grupo quería hostigarlo por imperio de una perenne pelea con el MPN. En ese contexto, los más exaltados hicieron saber su bronca por el desaire, a la salida de la reunión.
En el patio interno del hotel, donde aguardaban los periodistas y una treintena de personas que habían logrado llegar hasta allí, también estuvieron las concejales Emilia Otharán, de Libres del Sur, y Ana Ambrogi, del Une.
Hay cuando menos cinco denuncias formuladas ante la policía y con curso en la justicia, por los incidentes ocurridos a la salida de los representantes de Cootrasmal. Ambrogi y Otharán están mencionadas con distinta frecuencia de aparición, entre las personas que estaban presentes en esos momentos.
Como hay una investigación en trámite, vale esperar sus resultados. Pero la mayoría del MPN avanzó en el Deliberante con un pedido de investigación disciplinaria. Otharán contraatacó: «ustedes son los que se reúnen a la noche, mandan gente y mandan anónimos, son de terror. Esta es un proclama del MPN y sus aliados», dijo, entre otras cosas.
Sin perjuicio de las verdades de unos y otros, lo cierto es que los vecinos asisten atónitos una creciente violencia verbal, en el ámbito de la política y casi desde el inicio del actual período.
El último cruce viene precedido por atentados anónimos a la propiedad pública y a bienes de funcionarios, que el oficialismo ha enmarcado en una sucesión de conflictos con ATE. Del otro lado deslizan que hay persecuciones contra los municipales contestatarios.
Ambrogi y Otharán, en una demostración de dudosa muñeca política, se negaron en su momento a firmar un repudio explícito a aquellos hechos. A su vez, son desaprobadas cada vez que abren la boca.
En la raíz de la disputa se dice que hay una batalla por la diferenciación política, ideológica en términos de principios rectores; una suerte de raya irreconciliable entre la vieja política y la nueva política; entre supuestos neoliberales que van de sensatos y supuestos progresistas irresponsables, que van de adalides de la inclusión social y las libertades públicas. Si fuere así, valdría la pena asistir cada jueves al recinto del Deliberante, para no perderse tan trascendente debate de ideas. Pero de momento, lo que uno consigue si va a las sesiones es una tediosa puesta en escena, en la que no importa tanto qué se dice sino cómo se dice, siempre que sea vergonzante para el otro.
FERNANDO BRAVO rionegro@smandes.com.ar
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