LA SEMANA EN VIEDMA: Sorpresa y media

Un comienzo de mes distinto para muchos de los 18.000 contribuyentes que posee en esta ciudad la Tasa Municipal de Limpieza y Conservación de la Vía Pública.

Estos tuvieron que mirar más de una vez la papeleta que les envió Rentas, y buscar la factura anterior para comparar y corroborar si era cierto que los valores eran abultadamente desiguales.

Se encontraron con una sorpresa: un 84 por ciento de los frentistas recibieron actualizaciones de la alícuota entre cero y 10 pesos, un 9 por ciento entre 11 y 20 pesos y un 7 por ciento sufrieron incrementos superiores.

Esta medición municipal presenta cifras generales. Sin embargo, los contribuyentes no entienden razones cuando a una boleta que pagaron 35 pesos mensuales, se les aplicó un reajuste de 143 por ciento.

Las nuevas tarifas responden a que hacía muchos años que Viedma no había actualizado las bases de la valuación fiscal.

El atraso se hizo patente hasta hace poco que se descubrió que mansiones aparecían tributando como terreno baldío hasta que Catastro provincial puso coto a la situación.

Las arcas municipales de aquí a fin de año recibirán una inyección de fondos frescos ya que la facturación representa un incremento del 30 por ciento. Los 38 millones del presupuesto anual tendrán de aquí en adelante una holgura de casi 60.000 pesos extras que aportará la tasa dado que un 60 por ciento cumple rigurosamente con la cancelación.

Aún así, los contribuyentes viven en un mar de dudas.

No les cabe el motivo por el que el incremento responde, según se les dijo, a una valuación fiscal especial destinada a financiar sellados para una venta o litigio judicial.

A otros se les explicó en los mostradores oficiales que la tasa financia los componentes denominados «recolección domiciliaria» y «barrido», servicios que a criterio de los vecinos se cumplen tres veces por semana en el primer caso, y sin demasiadas certezas el restante cuando las calles son de tierra.

Nadie sabe qué criterio se aplicó para atender el incremento o eventuales gastos de mantenimiento. Se sospecha que como todos no pagan la tasa (por lo menos el 40 por ciento del padrón), el cumplidor atiende el déficit del bolsillo de su convecino. No obstante, nadie sale del municipio con reglas claras.

El tema entró en el terreno de los estudios legales de la Defensoría del Pueblo a pedido de los más quejosos.

Allí, los abogados que responden a Ana Piccinini están consultando la biblioteca. Si la mitad de la estantería la da la razón a los frentistas o los libros del otro costado apuntan para el lado del esquema que impuso Rentas municipal.

El dictamen se basará en si es correcta la interpretación que hicieron los funcionarios municipales de la base imponible que le brindó Catastro de la provincia.

La zona de mayor impacto de la tasa es toda la circundante a la avenida costanera. Los vecinos se han percatado de que el incremento viene adosado a otra mochila. Junto con las tasas en los buzones, apareció la decisión del Concejo Deliberante de modificar el código urbanístico. Permitirá desarrollar en inmediaciones del río una serie de emprendimientos turísticos y de esparcimiento.

En la actualidad hay pocos negocios establecidos y ya existen problemas.

 

ENRIQUE CAMINO

rnredaccionviedma@yahoo.com.ar


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