«La separación entre Estado e iglesia debe darse en todos los órdenes»

Carta abierta a los pastores evangélicos de Neuquén.

Esta carta debería ir al buzón personal de cada pastor o dirigente evangélico de la provincia, pero como no tengo la dirección de cada uno y quisiera que todos la leyeran es que la envío por este medio.

Sé que hace unas cuantas semanas, en el marco del diálogo social que llevó adelante el gobernador de la provincia con los sectores sociales de Neuquén, el mandatario neuquino mantuvo una reunión con todos ustedes. También entiendo que ustedes lo hicieron «en representación» de todos los evangélicos de la ciudad. Y en cuanto a eso, tengo mi inquietud y reservas, porque no creo que un discípulo de Cristo el Señor tenga más representantes que al mismo Jesús, pero ése es un tema que va para largo y no es el motivo de la presente. Yo me considero un discípulo y seguidor del Señor Jesús.

Concretamente, lo que quiero compartir con ustedes es mi inquietud referida a lo que harán cada uno de ustedes y sus representados ante la crítica situación que se presenta en nuestra hermosa provincia.

Entiendo que se propuso analizar la posibilidad de que las iglesias sean las que realicen la tarea de ser los canales entre el Estado (gobierno en nuestro caso) y los más necesitados del suelo neuquino.

Y, honestamente, viendo la situación y la condición de las arcas provinciales por un lado y la demanda de los necesitados por otro, creo conveniente decir que no a tal propuesta. Y no es que crea que no debemos asumir responsabilidades como ciudadanos y como discípulos del Maestro Jesús. Lo que pienso y comparto aquí es que no nos expongamos a que cuando el gobierno no tenga el fondo para las ayudas, las iglesias y los evangélicos seamos los atacados y/o menospreciados por una causa que va más allá de tener un corazón solidario, dadivoso y generoso. Eso, sin contar con que estaremos rogando para que nadie se vea involucrado en algún desvío de fondos y/o ayudas o cosas por el estilo.

Considero que la separación entre Estado e iglesia debe darse en todos los órdenes. En este caso, lo social no es la excepción.

Creo que cada cristiano, cada comunidad cristiana, cada iglesia o cada grupo de creyentes puede hacer un trabajo mucho más efectivo si vuelca una parte (¿por qué no toda?) de sus ingresos a brindar un mejor pasar a los hermanos neuquinos que por distintas circunstancias la están pasando muy mal no sólo en lo económico sino también en otros aspectos de la vida. Y el ejemplo que encuentro en Jesús es el de dar todo en bien del prójimo; si no, sólo invito a que se relea y recontra relea la parábola del buen samaritano.

Habría mucho más para fundamentar esta propuesta, pero creo que con esto alcanza para despertar la inquietud y analizar y debatir el tema en ronda de hermanos y luego tomar la decisión más sabia con la voz de todos y a la luz de la palabra de Dios.

Exequiel López Galaz

CF 11.602.798

Neuquén


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