«La situación no ha cambiado»

Quisiera que recordaran la carta publicada el 5 de julio pasado en la que se daba a conocer la problemática del personal de los hogares que pertenecen al Ministerio de Desarrollo Social.

La situación no ha cambiado: las personas que deberían ofrecer soluciones a lo planteado en la primera carta -o sea, sueldo acorde con las innumerables responsabilidades asumidas, seguro de riesgo de trabajo, obra social, aportes jubilatorios y pase a planta de gran cantidad de personas que prestan servicios al ministerio desde hace años y en negro- no ofrecen respuestas ni compromisos.

A diferencia del autor de la «primera carta», yo sí voy a dar nombres y cargos, por orden de inoperancia: Raquel Petris, subsecretaria de Promoción Social; Edi Fornasini, directora general de Hogares, y Edith Vallejos, directora de Hogares. Tampoco quedan absueltos de culpa y cargo el ministro Walter Jonsson ni el mismo gobernador Jorge Sapag, quienes han evidenciado un total desinterés en los problemas antes mencionados y en los empleados y familias que los padecen y, como forma de soberbia y falta de respeto a su personal, han vuelto a repetir la situación de pagar a quienes son sus empleados en la Ciudad Deportiva bajo la helada de la mañana, con personas e hijos esperando desde las 5 de la mañana y con tres horas de cola como mínimo para cada uno. Esta situación es indignante y vergonzosa.

Es práctica general en esta provincia premiar la viveza e ignorar el esfuerzo. He visto a muchos cobrar planes de 900, 1.000, 1.200 y hasta 1.500 pesos por hacer prácticamente nada, así como también sufrir a madres y padres de familia que cobran 500 y hasta 840 pesos por cumplir como corresponde su horario y trabajar con predisposición y buena voluntad.

Es por demás ofensivo, tomando en serio la enorme inflación que afecta a este país, el creer ilusoriamente que con ese sueldo se puede vivir dignamente. A estas personas les han sido negados derechos intrínsecos de ciudadanos de esta provincia, tanto como el presente, el futuro y la calidad de vida de sus familias.

Parece de fábula, aunque sea una realidad, que una gestión que predica el trabajo en blanco y el bienestar social trate a las personas que trabajan para ella de esta manera, siendo que los funcionarios mismos, a su vez, son empleados y servidores de estas personas, ya que fueron puestos en sus cargos para representar al pueblo todo y no simplemente a los «promotores» de su campaña política.

Marina Moscoso

DNI 30.999.684

Neuquén


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