La soledad de los hombres
“Felicidades”, un cuento de Navidad amargo con identidad argentina.
El desierto o la ciudad, cualquier lugar es igual cuando el hombre perdió contacto con el otro. La soledad que marca a gran parte de los seres humanos en nuestra sociedad es el eje de “Felicidades”, la ópera prima de Lucho Bender que muestra un director con oficio, ideas y buen manejo técnico.
Con tres personajes principales, e historias que se van cruzando al estilo de “Ciudad de ángeles” de Robert Altman, “Felicidades” recorre una Nochebuena en la que la tradición manda la alegría, pero que esconde miserias, decepciones y traiciones.
Como un amargo cuento de Navidad el relato muestra la odisea de los personajes para conseguir algo esa noche.
Así Julio (Gastón Pauls) sólo quiere comprarle a su hijo el juguete de moda, pero terminará siendo testigo de un allanamiento que se convierte en una pesadilla de la que también serán protagonistas un vecino envidioso (Alfredo Casero), tres policías corruptos (uno de ellos el sorprendente Cacho Castaña) y un pobre jubilado que quería comprar sus remedios.
En cambio Rodolfo, un médico de guardia interpretado por Pablo Cedrón, desea concretar un levante y en la calle se encuentra con un paralítico (Marcelo Mazzarello) que busca cualquier pretexto para tener un poco de compañía. Persigue a la bella Silke y consigue acercarse a ella, pero un balcón le juega una mala pasada.
Para Juanchi (Luis Machín), un escritor con líos de mujeres, su primer objetivo es llegar al aeropuerto para tomar un avión, y el segundo tratar de conectarse con su pareja.
En el camino queda el cómico que quiso llevar al escritor pero se quedó sin nafta y a pesar de la miseria en la que vive por lo menos termina con una sonrisa de esperanza.
La puesta coral de la historia es una las características más interesantes del filme, pero también por momentos hace que pierda eficacia al diluirse un poco la tensión en los distintos relatos.
La experiencia de Lucho Bender como director publicitario le permitió arriesgarse a utilizar la cámara de forma creativa dándole así a la película una puesta estética que no cae ni en la experimentación pura, vicio de algunos debutantes, ni en los planos totalmente previsibles.
Surgidos casi todos de la televisón o del ‘under’ los protagonistas del filme logran el registro exacto para cada uno de sus personajes, aunque se destacan en los papeles secundarios Belloso en su cómico con aspiraciones de humorista inteligente, Casero y su insoportable vecino y Mazzarello rogando porque alguien lo ayude a vivir menos solo.
A muchos les sorprendió la elección de este filme como el aspirante argentino a entrar en la competencia de los Oscar ya que su estreno había sido frío y las taquillas flacas. Sin grandes pretensiones la película en su reposición, ya con un poco más de publicidad, y ahora en video demuestra por sí sola por qué es un digno representante del cine argentino. (S.F.).
Comentarios