La tarea de ir de la máxima seguridad a la autodisciplina

de profesionales: asistentes sociales, jefes de trabajo de los talleres, maestros, psicólogos, entre otros.

«La principal función es evaluar los distintos aspectos que conforman la personalidad del individuo. De cada reunión surge un dictamen que queda labrado en un acta, donde se resuelven los próximos pasos que se puedan dar con un interno. Además, formula el tratamiento que debe seguir en caso de que lo necesiten», explicó el director de la U-5, subprefecto Hugo Fernández, quien tiene la tarea de presidir el Consejo.

En todos los casos, el Consejo trata de hacer hincapié en los aspectos que favorecen la reinserción social de los internos y, de esta manera, los ubica en distintas actividades que van marcando el precepto básico del régimen penitenciario: ir de la máxima seguridad a la autodisciplina.

«Se analiza detalladamente cada persona. A lo mejor es alguien que sólo trabaja y el maestro puede llegar a decir que no realiza ninguna actividad educativa. Pero ahí el jefe de trabajo manifiesta que tiene voluntad y capacidad, quiere aprender», agregó Martello.

De cada evaluación surge una doble calificación: conducta y concepto, dos aspectos que son analizados minuciosamente cada tres meses por el Consejo Correccional. «La conducta está ligada a la presencia o no de sanciones disciplinarias mientras que el concepto es una ponderación de su evolución personal», señaló Fernández.

En este aspecto, los agentes penitenciarios consideran necesario aclarar que cumplir la condena no es lo mismo que reunir las condiciones para estar en libertad. En ello, influyen la voluntad de cambiar y el esfuerzo puesto en el trabajo y el estudio diario.

En estas dos cuestiones, el personal penitenciario pone especial énfasis. Por ello, una de las exigencias que tienen los internos es terminar la escuela primaria mientras que los estudios secundarios y terciarios son voluntarios.

En estos días, las personas que tienen a su cargo la educación están analizando dos posibilidades con la Supervisión de Nivel Medio: establecer un secundario de tres años o bien rendir los exámenes en forma libre.

Además, hay dos internos que se están preparando para presentarse a las pruebas de ingreso en la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales: uno para iniciar la carrera de Locución y el otro para comenzar los estudios de Abogacía.

Para que puedan realizar las tareas educativas, existen cuatro aulas y una biblioteca, que cuenta con 3.200 obras. En ella, uno de los internos tiene la responsabilidad de llevar el registro de cada libro que entra y sale.

Por estas razones, tanto ellos como quienes forman parte del SPF coinciden en señalar que «estar en la Colonia Penal de Roca es como un premio». (AR)

Qué pasará con el traslado de la unidad

El futuro traslado de la Colonia Penal no constituye una preocupación para quienes diariamente trabajan allí con el objetivo de lograr la reinserción social de los internos.

«Es algo que excede a nuestra facultad de decisión. Si se decide desactivarla debe haber alguna razón, pero esta unidad penitenciaria cumple absolutamente con todos los preceptos y necesidades para darle una segunda oportunidad a una persona», expresó el subdirector Salvio Martello cuando fue consultado sobre el tema.

Desde hace más de tres años, el gobierno provincial inició las negociaciones con las autoridades del Servicio Penitenciario Federal (SPF) para que cedan las tierras que ocupa la U-5 al municipio roquense.

El objetivo principal que se persigue con esta iniciativa es que Roca pueda crecer hacia el norte ya que la presencia de la unidad carcelaria en esa zona provocó que la ciudad se fuera alargando en forma despareja hacia los costados. Fue recién el año pasado, con la visita de la entonces secretaria de Política Criminal y Asuntos Penitenciarios, Patricia Bullrich, cuando las tramitaciones comenzaron a tomar una forma concreta.

Allí, se acordó que el nuevo espacio físico donde se instalará la colonia debe contar con tierras aptas para la producción como las que actualmente posee el SPF. En este sentido, las tierras del INTA de J.J. Gómez cuentan con las mayores posibilidades para cumplir finalmente ese objetivo.

Además, el «Plan de Construcción Cárceles 2000» lanzado por el presidente Fernando De la Rúa incluye la relocalización de las unidades penitenciarias federales de Roca y Neuquén. «A Roca le vamos a sacar el tapón que significa la Colonia Penal y le cambiaremos la cara a la ciudad», señaló en esa ocasión el primer mandatario.

«Si algún día nos tenemos que ir, nos vamos. Resultaría simple trasladar a los 200 internos que tenemos y el personal sería reasignado a otras unidades, aunque para un agente penitenciario es un honor trabajar en una colonia penal como ésta», agregó Martello.(AR)


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