La tierra prometida

MARIANA FERNANDEZ

marianafernandez@rionegro.com.ar

Para llegar a la tierra prometida los hebreos debieron peregrinar 40 años por el desierto. Como dicen, la historia transcurre en espiral, repitiéndose cuantas veces el ser humano se equivoque. Trazando un paralelismo, para las 122 familias angosturenses de las tan anunciadas «soluciones habitacionales», la tierra prometida parece estar igual de lejos.

Hace dos años el intendente Hugo Panessi anunciaba la «solución» que mitigaría la emergencia habitacional de esta localidad. Los anuncios tomaron protagonismo en los aniversarios de la villa turística y cuanto discurso político hubiera.

En el aniversario de 2006, 24 familias recibieron un papel donde se los reconocía como futuros propietarios de un lote. La promesa del terreno propio venía de la mano de otra promesa, pero esta vez provincial: un crédito del ADUS para construir su casa. Hasta la fecha los beneficiarios no tienen escritura y la promesa del crédito se convirtió en otra: las casas finalmente las construirá algún día el gobierno nacional. El ejemplo sirve para ilustrar el largo camino que han debido transitar las familias.

Las confusas y tardías explicaciones oficiales, que para algunos vecinos suenan a excusas, no logran despejar la leve sospecha de que todo ha sido parte de una puesta en escena.

Según el titular de la dirección de Tierras Municipal, Alejandro Calderón, el retraso se debe a la burocracia provincial y nacional. Pero aquella burocracia no es fortuita y el manejo de los tiempos electoralistas no es patrimonio del gobierno municipal. Que Nación haya dado menos cupo para viviendas a Neuquén que a otras provincias no es casual, y que el gobierno provincial no libere los créditos prometidos, tampoco. En el juego del poder se apuesta todo, inclusive las ilusiones de los más desesperados.

Aristóteles decía que «la prudencia es la virtud política más importante que debe cultivar el gobernante». No anunciar más de lo que se puede cumplir, bastaría. O por lo menos, si no se puede cumplir, que se rinda explicaciones y no sólo cuando el tema aparece en los diarios a raíz del reclamo de los vecinos.

Días antes de las elecciones locales, Calderón anunció 149 nuevas casas que se sumarían a las 122 prometidas. Inclusive, difundió un listado de adjudicatarios cuyo mecanismo de selección aún se desconoce. «Había que cumplir con el cupo de Nación, sino lo perdíamos», se defendió el funcionario. Casualmente, la fecha de «vencimiento» para definir la lista era el 3 de junio, el día de las elecciones.

También «casualmente», semanas antes de esa fecha, se liberaron gran parte de los 84 mejoramientos habitacionales, que en algunos casos alcanzó los $10.000.

A esta situación, se sumaron las complicaciones para acceder a la documentación oficial, pero el acceso a las actas de beneficiarios y a los expedientes es una tarea casi imposible.

Este diario quiso obtener las actas donde se establecía el listado de las famosas 122 soluciones. En esa oportunidad, el funcionario informó que las actas estaban en el Concejo Deliberante; en el cuerpo Legislativo, la respuesta fue que «no», que efectivamente estaban en la dirección de Tierras. Finalmente, la última respuesta es que la documentación estaba en manos de una vecina que había participado de la comisión evaluadora.

Por lo pronto, el asunto resulta poco serio. Permitir el acceso de la prensa y los vecinos a toda la documentación lograría brindar transparencia a las gestiones realizadas.

El antiguo testamento relata que gracias a los hombres de fe el pueblo de Israel llegó a la tierra prometida. ¿Podrá la fe de estas 122 familias movilizar la voluntad política?


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