La torre que llegará de Oriente

¿Se imaginan a un jugador de básquet cuyos brazos cuelguen literalmente dentro del aro? Pues bien, habrá que estar muy atento a lo que suceda el 28 de junio cuando se lleve a cabo el draft de la NBA en el legendario Madison Square Garden.

El mundo del baloncesto podría asistir a la selección del jugador más alto que haya pisado el parqué de algún estadio de la liga más poderosa del mundo. Es chino, se llama Sun Ming Ming, tiene 21 años, pesa 160 kilos y mide ¡2,40 metros!.

Varias franquicias han demostrado interés de ficharlo, luego de ver la asombrosa adaptación que ha tenido su compatriota Yao Ming en los Houston Rockets.

El gigante ya cuenta con un agente, Charles Bonsignone, que usó sus influencias en el ambiente y lo hizo entrenar con el ex jugador Keith Gatling. Sun es natural de la región china de Harbin y actualmente está practicando en la Universidad de Greensboro buscando afinar los movi

mientos. Sortear la dificultad -debido a su altura- para desplazarse con agilidad en un juego que requiere justamente mucha movilidad, es la misión y el gran desafío de sus entrenadores.

El chino no es un improvisado en el deporte. Ha jugado en la selección junior de su país y regularmente lo hace en el equipo de su provincia: Da Oing. En Greensboro permanecerá hasta el mes que viene, donde volverá a su país para jugar en su equipo por los campeonatos nacionales. Para fines de junio se lo espera en Nueva York para la ceremonia del draft.

Si se concreta su arribo a la NBA, el casillero de los bloques será sin dudas el que más variaciones tendrá. Su posible llegada desbancaría a Manute Bol, que con 2,31 ha sido el jugador más alto que haya jugado en la NBA y amenazaría los números del sudanés. Naturalmente, el africano era un especialista en tapones. En su primera temporada, en el año '85, alcanzó 5 de promedio por partido; tiene el récord de bloques en un cuarto: 8, y la segunda mejor marca de la historia de un encuentro: 15. ¿Quién se animará a atacar la canasta ante semejante humanidad oriental?.

Si tenemos en cuenta que el aro está a una altura de 3,05 metros, Sun definitivamente no necesita saltar para volcar la pelota. El chino intimida con su altura, pero según los entrenadores de la Universidad su debilidad es la flexibilidad y la carencia de trabajo con peso, necesario para aguantar la fricción constante en la llave. Pero la proyección que tienen los orientadores es que Sun, gracias al entrenamiento, podrá mantener sin problemas el ir y venir constante que demanda el juego. (AR)

Nota asociada: Yao Ming lo mira desde abajo

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