La tragedia de la Patagonia

Por Francisco Tropeano

El pueblo no hay que alarmarlo, pero sí informarlo y educarlo, como obligación constitucional y democrática. Además de permitir, estimular su organización y participación activa en la toma de decisiones y acciones prácticas de orden público.

Subestimar su capacidad y raciocinio; ocultar la verdad o desvirtuarla, con el argumento falaz de no crear pánico o miedo, forma parte de la estupidez de los incapaces y soberbios.

Las circunstancias que mediaron en los hechos producidos en una de las compuertas del dique compensador de El Chañar (7/4/01), que derivara en pocas horas en una crecida abrupta del caudal del río Neuquén, pasando de 270 m3 p.s. a 520 m3 p.s., es un alerta roja de lo que puede ocurrir si se dieran las circunstancias que vamos a analizar. Conviene aclarar que el comportamiento en el cumplimiento del deber y criterio sereno y responsable de los operarios de guardia en el dique Ballester, evitaron un riesgo cierto de producir una catástrofe en el mismo dique. ¿Qué ocurrió verdaderamente? ¿Fue una negligencia? ¿Un error técnico? ¿Una prueba? ¿Un sabotaje? El pueblo de Río Negro y Neuquén exige una aclaración con certeza de parte de la Operadora de Cerros Colorados S.A. y de su titular Duke Energy de EE.UU., y también, por supuesto, de la Autoridad de Cuencas A.I.C. y el Organismo de Seguridad de Presas ORSEP. No basta con la sanción económica.

En una carta de lectores el Sr. S.W. Barion (R.N. 27/4/01) formulaba preguntas que son exactamente las que formulamos la mayoría de los habitantes aguas abajo de las presas de los ríos Limay y Neuquén. Cada ciudadano debidamente informado y educado, debería poder responderlas con exactitud. Habrá que comenzar en los colegios, sin infundir temor: educando.

El temor a lo desconocido se agiganta con la ignorancia, se retroalimenta y se expande y además paraliza e inmoviliza las energías e inteligencia del ser humano.

Las preguntas que vamos a formular, deben responderlas en forma inmediata la AIC, el ORSEP, los gobiernos de Neuquén y Río Negro, el gobierno de la Nación, los diputados y senadores y también los «candidatos» que aspiran a representar al pueblo.

Las preguntas

Según pronósticos especializados en climatología, este año la región cordillerana con influencia en los caudales hídricos de nuestros ríos y arroyos, recibiría mucha lluvia y nieve, y en consecuencia, el aumento de los caudales de éstos, que podrán ser prolongados. La situación que puede plantearse es la siguiente: 1) El dique Portezuelo eroga, con la regulación actual, 13 m3 p.s.; 2) Las cuencas «Mari Menuco» y «Los Barriales» están en su cota máxima actualmente.

¿Dónde se derivarán por ejemplo 7.500 m3 p.s. para no poner en peligro esa presa? Por estas mismas razones, a partir del 2 de mayo, el dique compensador de Arroyito, de los 375 m3 p.s. pasará a erogar 1.200 m3 p.s., que engrosarán significativamente el río Negro. ¿Por cuánto tiempo? Si se produjera un fenómeno climático que concentre las precipitaciones en la precordillera por ejemplo durante uno o dos meses, ¿dónde derivaremos las erogaciones de Portezuelo -estando colmados los lagos-? En el dique compensador de «El Chañar» atravesando la Curva del Añelo. En ese caso, ocurrirían dos hechos gravísimos: a) Sería necesario abrir, no una compuerta, (como ocurrió el 07/04/01) sino todas las compuertas y como es lógico, todas las compuertas del dique Ballester. Las consecuencias serían de desastre, tanto para Neuquén como para Río Negro. Si la situación se diera con una erogación como la de ahora de 1.200 m3 p.s. del dique compensador de Arroyito, el problema se agravaría por dos, extendiéndose en todo el recorrido del Río Negro y afectando más del 50% de la superficie cultivada, por anegación y por salinización, ya de por sí muy grave. ¿Cómo se ha previsto evitar esta situación? ¿Cuáles son las medidas que se han adoptado? En el caso en análisis, ocurriría una catástrofe mucho mayor y se inscribiría como la mayor o entre las mayores del mundo, que yo conozca: por la curva de Añelo en la depresión natural que existe 20 km aguas abajo de esa localidad, casi al mismo nivel que las aguas reguladas de hoy del Neuquén, de 13 m3 p.s. -digo al mismo nivel porque se han instalado con muy poca profundidad- hay caños o ductos de gas y petróleo, del sistema de Loma de La Lata. Erogar 1.000 o 1.500 m3 p.s. más de agua por la curva de Añelo produciría un desastre ecológico de contaminación casi irrecuperable de miles de hectáreas productivas, sin contar otros perjuicios graves.

En esa emergencia habría que paralizar todo el sistema de explotación de Loma de La Lata y el envío del suministro a la red nacional y con destino a la exportación (referido a los trabajos de tendido de esos ductos, hechos con anterioridad, debe ser motivo de preocupación y análisis complementario). Se contaminarían los ríos Neuquén y Negro: una masa de agua dulce envidiable en el mundo. En su próxima visita a Neuquén, el ministro Bastos debería visitar esta zona con las autoridades neuquinas y debe dar su opinión y apoyo para solucionar este problema.

No estamos planteando una utopía tremendista o apocalíptica sin ninguna posibilidad de concretarse. Por el contrario, la realidad de hoy permite deducir posibilidades ciertas de que tal evento ocurra. Estamos a merced de cosas mal hechas e incompletas y de negligencias y responsabilidades políticas. Creo que los creyentes deberían elevar sus plegarias para que estas cosas no sucedan, pero creo también que es necesario ayudar al Señor con resolución y medidas concretas para evitarlas. Esperamos que los organismos competentes: la AIC y el ORSEP y los gobiernos que los integran, desmientan estas posibilidades.

Nos hemos preocupado de averiguar si alguna o algunas de las compañías aseguradoras del mundo, pertenecientes al Lloyds Internacional, asegurarían los riesgos de una catástrofe de la índole que comentamos. Su contestación ha sido negativa por la magnitud y alcance de los riesgos a cubrir.

¿Quién miente?

En su solicitada (Río Negro 21/04/01) Hidroeléctrica Cerros Colorados SA, operadora de la norteamericana Duke Energy, a manifestado: a) haber «Detectado el mayor caudal»… pero no dice: ¿a qué hora lo detectaron, ¿cuánto tiempo después?; b) «A raíz de la apertura intempestiva de una de sus compuertas» (se refiere al dique de El Chañar). Intempestivo significa, extemporáneo, inoportuno, fuera de tiempo y razón, improcedente. ¿Cómo puede actuar una compuerta por voluntad propia?; c) Dice que la Compañía «envió en tiempo y forma un informe» a la AIC y al ORSEP. Prescindiendo de la forma de tal envío, ¿avisó a los pocos minutos de producido el hecho? Ó después de cuatro horas, según afirman la AIC y el ORSEP?; d) Dice, además, que se «realizaron pruebas y controles» de todas las instalaciones electrónicas del dique El Chañar. ¿Cuándo se realizaron, antes o después del hecho? Creo que la empresa concesionaria miente, y si ha mentido es un hecho muy grave, con claras consecuencias civiles y penales. La maximización de ganancias es una ley del Mercado, pero maximizar el interés público es un deber del Estado.

Las obras pendientes

No deben postergarse las inversiones necesarias para alejar un peligro que nos acecha, porque están comprometidos la vida y los bienes de los habitantes de esta Región Norpatagónica, y porque la imprevisión en este caso es un crimen que ningún recorte de presupuesto puede justificar. Las obras reguladoras del río Neuquén no se han realizado. Es un río que tiene buenos registros de mediciones históricas en «Paso de Indios» y tenemos registros y memoria de los 8.500 m3 p.s. de máxima. ¿Y si ocurriera ahora algo similar?

El ministro de Insfraestructura y el de Economía de la Nación, deben disponer el pago del aporte que la Nación adeuda, desde que se construyó Cerros Colorados (o sólo es importante pagarles a los acreedores externos?). No debe postergarse la construcción de algunos de los diques compensadores:

Chihuido I o Chihuido II son obras muy importantes para casi eliminar el riesgo, asegurando el dominio de crecidas extraordinaria del Neuquén, cuyos altibajos de caudal son muy pronunciados.

Chihuido II garantiza crecidas hasta 14.500 m3 p.s., siendo la máxima del siglo -como se dijo- 8.500 m3 p.s.

Esta es la realidad de la Patagonia: posee inmensas riquezas, una de las plataformas submarinas más ricas del planeta, un territorio que abarca más de un tercio de todo el país, con miles de kilómetros de litoral marítimo, de recursos naturales cuantiosos en su superficie continental, reservas de agua dulce formidables. Una Patagonia que ha aportado y aporta a la Nación decenas de millones de pesos; despoblada, robada, abandonada con cientos de miles de ciudadanos en la pobreza y la miseria.

Haría falta el talento, la capacidad intelectual de un grande como Osvaldo Bayer para escribir ahora esta Tragedia de la Patagonia: sus inmensas riquezas la hacen apetecible, un bocado fácil, y con su poca población, tan dispersa y tan pobre, ¿quién la defiende? Esta es su tragedia.


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