La trilla, una actividad tradicional que sigue vivaen el norte neuquino

Con caballos, separan el grano de la paja en el trigo y la avena. Las familias se reúnen para conservar esta vieja costumbre. Pan casero, chupilca y tortas fritas animan la jornada.

JUAN CARLOS PARADA

CHOS MALAL (ACHM).-Los tiempos pasan, la gente cambia, pero las tradiciones en el norte neuquino pasan de generación en generación y se resisten a quedar en el olvido. La trilla es una de ellas y aunque pocas familias campesinas la realizan, quienes la practican mantienen vigentes costumbres ancestrales.

Demetrio Muñoz es un poblador rural residente en la zona de Leuto Caballo, un paraje en el norte neuquino situado en cercanías de Chapúa, a 25 kilómetros de Chos Malal.

En su campo se realizó este año la trilla, una actividad que consiste en separar el grano de la paja, el que luego es utilizado para la confección de harina, aunque en este caso la trilla se realizó sobre cuadros de avena.

En el campo este ritual comienza con la siembra y, cuando llega el tiempo de la madurez del grano, se cosecha. Tradicionalmente, la cosecha se hace en forma manual y utilizando una herramienta llamada «hoz o hechona».

El trigo cortado es juntado y atado para que no se disperse y luego de lo carga a un carro y se lo traslada a la «era», un lugar surcado de postes o estacas, en donde se tienden los alambres. Estos son indispensables para que los animales apisonen el trigo y no se escapen.

La «era» es una superficie circular variable en amplitud según la cantidad de trigo que se dispondrá para trillar.

En el campo de Demetrio, la jornada comenzó muy temprano con mate y pan casero. Luego llegaron las 25 yeguas que serían las encargadas de apisonar el trigo. Los animales, del puestero Horacio Muñoz, llegaron desde Chapúa, un paraje vecino.

Algunas yeguas solas y otras con jinetes ingresaron en la era y comenzaron a moverse en ambos sentidos.

A la orilla de la era estaba la «cruz de mayo», la cruz que ha cuidado de la siembra desde el 4 de octubre, día de San Francisco, y que protege el trigo hasta la última faena de la trilla.

Luego de la trilla propiamente dicha continúan otras actividades como la «avienta», que consiste en lanzar al viento lo que quedó después de la última remolienda, en la que se separó la paja del trigo. Luego se coloca el cereal en las bolsas.

En otras épocas se realizaba reparto de la cosecha entre el patrón y el que realizaba el trabajo, pero ahora se hace más que nada

como un evento típico y para no olvidar las tradiciones.

Pero las labores no terminan allí. Con la molienda se obtiene la harina con la que fabrican el pan casero y las tortas fritas. También la harina negra, con que se prepara el ñaco.

En Leuto Caballo, unas 150 personas participaron de esta actividad. Las actividades finalizaron con el tradicional asado, empanadas y chupilca de vino y cerveza.


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