La UCR apoyaría el proyecto de Icare en la CEB

SAN CARLOS DE BARILOCHE (AB).- El intendente Alberto Icare no está dispuesto a ceder terreno en la pulseada por la CEB y reclamó abiertamente a la UCR que la lista apadrinada por ese partido se abstenga de tramar acuerdos que entorpezcan su objetivo.

Por ahora todo es pura especulación, al menos hasta que se reúna la asamblea de la Cooperativa el próximo 3 de junio y defina la renovación parcial del Consejo de Administración.

En la reciente elección de delegados la lista que responde a Icare (Amarilla) consiguió ganar por escaso margen y tendrá el 40 por ciento de la representación en la asamblea.

El oficialismo Rojo y sus socios de la Verde consiguieron respectivamente el 32 y el 28. Representantes de estos dos sectores ya tienen pactado votar juntos. De modo que podrían imponer 3 de los cuatro consejeros que debe designar la asamblea, dejando a los icaristas con un solitario sillón en la directiva.

De darse esa coalición de minorías, también conseguiría privar a los amarillos de las sindicaturas.

Icare se reunió el viernes en Buenos Aires con el gobernador Miguel Saiz y le pidió que interceda para que en la asamblea de la CEB «cada delegado vote a sus propios candidatos al Consejo», lo cual garantizaría el triunfo amarillo.

Un detalle no menor es que el presidente del partido, Pablo Verani, también sumó su influencia en pos de satisfacer los deseos del intendente.

Al día siguiente de aquel encuentro sonó el teléfono del presidente del comité radical barilochense, Hugo Castañón. Era el gobernador trasladando el planteo de Icare. La presión fue fuerte y directa, pero no hubo respuesta definitiva. Castañón y Saiz quedaron en encontrarse mañana en Roca para analizar el escenario y dar un cierre a la cuestión. Verani también pidió estar presente.

El condicionamiento político está muy claro: de encon

trar obstáculos a su empeño en entrar pisando fuerte a la CEB, Icare daría por cerrado y concluido cualquier compromiso con la UCR para las elecciones de octubre.

El enojo del intendente se podría traducir en una ruptura lisa y llana de la alianza o, como mínimo, en una simple negativa a «hacer campaña» por el candidato radical.

Castañón sabe que la presión es mucha y que si no acepta disciplinar a sus delegados en la CEB para cumplir los deseos de Icare corre el riesgo de que lo señalen como el culpable de una eventual derrota en octubre.

Pero también es cierto que en esa compulsa electoral es poco lo que se juega y muchos sostienen que «nada es tan terrible» como el intendente lo pinta.

Un antecedente a tener en cuenta es que los radicales de Bariloche ya han dado muestra sobrada de independencia al resistir la operación montada por Verani antes de las elecciones de la CEB para que «bajaran» a la lista Verde.

Castañón cree tener sólidos argumentos para defender la concertación con la Roja y piensa hacerlo valer en la cumbre de mañana. Mientras tanto, repite a quien quiera escucharlo que, para la elección de octubre, «Icare es importante pero no es imprescindible».