La UCR dice que gana, pero teme

En Bariloche, el viernes y cargada de incertidumbre, pondrá en marcha su campaña

Cargado de incertidumbres.

Así inicia el radicalismo rionegrino el viernes en Bariloche su campaña para las elecciones generales del 2003.

Un estado de ánimo fundado en un convencimiento fuertemente afincado en el oficialismo: sus limitaciones para construir, desde el vamos mismo de la campaña, una mayoría terminante.

Leído en otros términos: imposibilidad de repetir la historia que a lo largo de toda la transición le garantizó el triunfo en el grueso de las elecciones por la gobernación.

Desde esta perspectiva, ésta es la primera vez que en medios radicales emergen presagios graves sobre el poder electoral del partido.

O sea, no se piensa en una eventual derrota. Pero se reflexiona el proceso en términos de pérdida de gravitación en votos.

Una voz con poder en el veranismo estimó ayer ante este diario que el radicalismo ganará con «no mucho más del 32% de los votos».

Un porcentaje muy inferior a los promedios con que el radicalismo se acostumbró a mandar en las urnas. Oscilan en la franja que va del 39 al 44%.

Y cuando se raspa el maquillaje con el que la dirigencia radical procura ratificarse que ganará, emerge la razón más sólida que a su entender tiene para dar por sentado ese triunfo: la dispersión del voto opositor.

– No ganaremos nosotros, nos hará ganar la oposición- señaló la fuente.

Pero para alimentar la expectativa de triunfo con algo más del 30%, los radicales saben que deben contar con otro derrumbe de poder electoral: el del peronismo.

Porque es consustancial a este partido a lo largo de la transición, el mantener un promedio del 32% de votos propios en elecciones generales.

Una única vez estuvo por debajo de ese techo. Fue en el «91, cuando llevando la fórmula Víctor Sodero Nievas / Oscar Albrieu sacó el 28%.

A la hora de analizar las causas del achaque de su poder electoral, la dirigencia radical admite dos causas obvias y no por ello menos decisivas.

Una: desgaste generalizado de la imagen del gobierno y del mandatario Pablo Verani.

Dos: la crisis de representación que sufre el conjunto de la política.

Pero luego la dirigencia busca explicaciones referenciándose en otros lares.

– Entonces, es el momento en que aparecen los imponderables o, en todo caso, aquello que no supimos o no quisimos manejar- comentó la fuente.

La lista de imponderables es larga. Veamos.

* Caso Miguel Saiz. Hacia dentro del radicalismo, su candidatura cierra más por la dialéctica que asumió la colisión veranismo – no veranismo, que por gravitación concreta del perfil de Saiz. Y hacia afuera, no logra remontar la intención de votos en términos estimulantes.

* Caso interna partidaria. La colisión veranismo – no veranismo está calando hondo en la vida del partido. Pasa el tiempo y se mantienen con vigor las razones que ponen en juego su cohesión. No se teme una fractura del partido. Pero sí la potencialización de fricciones con una consecuencia por de más dañina: la carencia de una voluntad pareja y decidida a trabajar por el conjunto del partido.

«La interna se nos escapó de las manos. Nunca nos había sucedido. Y porque nunca nos pasó, es muy posible que la gente estime que estamos acabados y acto seguido concluya: «¿Si se están peleando entre ellos, para qué votarlos?»- se dijo a este diario en fuentes veranistas.

* Caso clientela. Hoy, la dirigencia radical no sabe muy bien dónde está la clientela electoral del partido. Los datos que le arrojan las encuestas dicen que el radicalismo no remonta el 15% de intención de votos. Por primera vez en la transición parece estar destinado a mirar las urnas desde sus propios votos y nada más. «Falta mucho para las elecciones, pero lo cierto es que, a diferencia de otras oportunidades, hoy todo es muy difuso cuando se mira a sectores que siempre nos acompañaron, por ejemplo los 7.000 docentes que siempre nos votaron», señaló la fuente en cuestión.

Así está la casa radical de cara a las elecciones: plagada de incertidumbres.

Pero decidido a la batalla, de la mano fundamentalmente del veranismo, el viernes, en Bariloche, pondrá en marcha su campaña electoral. El lugar no fue arbitrariamente elegido.

Ahí, el partido está muy mal.

Son 20 los partidos anotados para las urnas

VIEDMA (AV)- Ya suman 20 los partidos políticos que podrán participar de las próximas elecciones en Río Negro que podrían ser en junio próximo.

El gobernador, Pablo Verani, adelantó recientemente que podría convocar a comicios generales en la provincia para renovar gobernador, vicegobernador y legisladores provinciales para fines del sexto mes del año próximo.

En tanto otras 20 agrupaciones políticas tramitan el reconocimiento como partidos ante el Tribunal Electoral de la provincia.

Es decir que es posible que más de 340.000 rionegrinos que estarán habilitados para votar en las próximas elecciones tengan 40 opciones partidarias para elegir.

El Tribunal Electoral presidido por el camarista civil Fernando Laborde Loza e integrado también por los jueces Juan Pablo Videla y Gustavo Azpeitía convocaron a dos audiencias para el viernes donde se resolverá si se reconoce o no a otros dos agrupaciones políticas que también intentan participar en las próximas elecciones generales en la provincia.

De acuerdo a lo resuelto, hasta el momento, por el Tribunal Electoral de Río Negro podrán participar a nivel provincial en las próximas elecciones generales la Unión Cívica Radical; el partido Justicialista; el Partido Provincial Rionegrino; el Partido Frente Grande; el Movimiento Patagónico Popular; el Partido Intransigente; el Partido Demócrata Cristiano; el Partido Demócrata Progresista; el Movimiento de Integración y Desarrollo; el Partido Socialista Popular; el Partido Humanista; el Partido Socialista Democrático y Afirmación para una República Igualitaria -ARI-.

En tanto para participar de las elecciones municipales en Río Negro hasta hoy han sido reconocidos por la Justicia Electoral el Partido Convocatoria Vecinal de Cipolletti; el Partido Vecinal de Allen; el Movimiento de Unidad y Participación por Bariloche; la Unión Vecinal Bariloche; el Movimiento de Unidad Vecinal por el municipio de Río Colorado; el Movimiento de Cambio y Progreso para Sierra Grande -Mocapro- y la Unión Vecinalista del municipio de Viedma.


Cargado de incertidumbres.

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