La UCR se mira, desconfía, se critica

Más viento agita la interna del oficialismo. Sartor contra De Rege. Verani avanzó en esa línea, pero luego se sumó a Mendioroz y Rodríguez en el pedido de enterrar el hacha de guerra.

Con temperatura muy alta inició la semana el frente interno del oficialismo rionegrino.

Una instancia caracterizada por desencuentros y potenciales definiciones que podrían limar las posibilidades del radicalismo en las urnas de octubre.

Mucho de este estado de ánimo se expresó ayer en el bloque de legisladores radicales. Así, el legislador Daniel Sartor, un hombre con mucha gravitación en el interior del partido, cuestionó con dureza al vicegobernador Mario De Rege.

Junto al ex ministro del Economía y hoy legislador José Luis Rodríguez, De Rege lidera la Corriente de Opinión Rionegrina. Esta línea cuestiona lo que define como «nula» predisposición del gobernador Miguel Saiz a ampliar consensos para fortalecer la toma de decisiones.

De Rege fue cruzado por Sartor, que rompió así el perfil bajo con que sella su protagonismo. Al borde de argumentar fatiga moral por el cariz que toma la interna en el oficialismo, decidió renunciar a la vicepresidencia del bloque.

Cuestionó las críticas que formula De Rege al gobierno y a dirigentes del partido. Un protagonismo que a juzgar de Sartor es singularmente deficitario cuando se analizan los aportes que hace el vicegobernador para fortalecer al radicalismo de cara a las elecciones.

Advirtió además que se mantendrá ajeno al proceso electoral en marcha, algo muy complejo de creer dada la experiencia acumulada por Sartor en materia de mecánica comicial.

En tren de no ahorrase nada, Sartor fue en busca de José Luis Rodríguez, socio de De Rege en el liderazgo de la COR y presidente del Comité Roca.

Le imputó ausencia de interés por recuperar espacio para el partido en Roca, una ciudad de textura ideológica muy vinculada desde muy lejos con el radicalismo cuya comuna está hoy en manos peronistas.

Un proceso de desgaste que el radicalismo asume, pero no parece encontrar una alternativa para superar el cuadro de parálisis.

Y ayer el ex gobernador y titular de la UCR rionegrina Pablo Verani también fogoneó la interna. Reflexionó desde el anticuado e imposible «los trapos se lavan en casa».

O sea, «disimulemos».

De Rege era el primer sorprendido de la reacción de Sartor. El vice insistía en que sólo había marcado «diferencias ideológicas» y entonces no entendía que aquél lo responsabilizara de su dimisión institucional.

Aun así, Rodríguez se ocupó de apaciguar los ánimos. Por las suyas, lo mismo hizo Bautista Mendioroz, titular del bloque, que se ocupó de que el debate interno de los diputados se encarrilara en una reunión de bloque programada para el lunes o martes próximo.

En realidad, ese escenario emerge como una ficción radical. Hay diferencias sectoriales. Las mismas que hace meses atrás.

Estas rencillas públicas ocultan una compulsa mucho más profunda: la atención o el desaire que dispensa Saiz en su forma de gobernar.

No es casual entonces el control que existió en evitar rechazar las expresiones de la COR que recientemente reiteró pedidos críticos de mayor protagonismo. «Ahora no vamos a decir nada; la primera vez los criticamos y después Saiz los invitó a la residencia», fue la respuesta de un socio del gobernador tan memorioso como rencoroso.

La semana pasada el mandatario también aportó a esta puesta en escena. Lo hizo al sepultar las posibilidades iniciales de las candidaturas de Nelly Meana a la diputación nacional con el argumento de que había trascendido a los medios esta propuesta que le había hecho Verani. Toda una ficción: Saiz había reiterado a sus íntimos que nada había cambiado en su intención de ubicar a Hugo «Cacho» Cuevas en esa postulación.

Una desproporcionada reacción de Saiz para confirmar su desconfianza generalizada de los propios, los socios y los ajenos

Aquel rechazo a la propuesta de Meana fue algo más que una negativa. Por eso el fuerte impacto en Sartor y el ministro Iván Lázzeri, entre otros pilares de su gestión, como Mendioroz.

Entre esos análisis íntimos, ese desaire conformó otra sensación más fuerte: falta de reconocimiento y desprotección permanente. Sartor transmitió ayer ese cansancio en el encuentro que mantuvo con el ministro César Barbeito, el hombre que más interpreta a Saiz. También participaron Iván Lázzeri y Alfredo Pega. El hombre de Coordinación explicó -como pudo- las reacciones del gobernador y pidió bajar los decibeles y hablar adentro del partido. (AV/AR)

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Con temperatura muy alta inició la semana el frente interno del oficialismo rionegrino.

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