La UCR y el Frente se miran y especulan

Saben que las elecciones generales están a la vuelta de la esquina, pero al menos hoy ninguno de los dos conglomerados se atreve a fundamentar rigurosamente el porqué de su eventual triunfo. El Frente aspira a que el entrevero Arriaga-Soria no lesione sus posibilidades electorales. La UCR piensa cómo cruzarlo a Icare.

Escenario muy abierto. Tanto que visto desde este presente ninguno de los dos se atreve, ni siquiera a media voz , a aventurar con firmeza un resultado.

Así ven hoy las elecciones generales rionegrinas del 2007 los dos excluyentes contendientes que tendrán las urnas: la Concertación, estructurada alrededor de la UCR, y el Frente para la Victoria, que pivotea en el PJ.

Un proceso reflexionado hoy desde lo único que se puede aportar con sensatez: especulaciones fundadas en aquella duda y esta certidumbre.

¿Qué anhelan los radicales, por ejemplo? Veamos.

• Que el vehemente tironeo Julio Arriaga-Carlos Soria termine astillando el Frente. Y que de ahí en más, la oposición llegue a elecciones ratificando una vieja conducta propia: herida y dividida.

• Que, se dé o no esta situación, Carlos Soria divida la elección de intendente de Roca de la de gobernador. O sea, que la buena gestión de Soria como jefe comunal no juegue de arrastre para el Frente en la carrera por la gobernación. «Sería la frutilla que necesitamos», suele relamerse el ministro de Gobierno Iván Lázzeri.

• Que en Bariloche, un lugar donde el radicalismo está muy podado de dirigentes de gravitación, el partido logre encontrar una figura –incluso ajena al radicalismo–, para lidiar con el proyecto de reelección a intendente de Albert Icare, que se transfirió con armas y bagajes de la Concertación al Frente. Y un dato: en las parlamentarias del 2205, con Icare socio de los radicales, el Frente ganó en Bariloche por 12.000 votos.

¿Pero por dónde pasan los anhelos del Frente?

• Que se logre la cohesión del conjunto de la máxima dirigencia cuanto antes, todo de cara a una candidatura que se gane sin traumas.

• Que, en relación a lo anterior, cualquiera sea el tenor y el resultado de la legítima batalla que ha prometido dar para lograr la candidatura a gobernador por el Frente, Carlos Soria mantenga lo que Juan Perón definía como «los pies en el plato».

• Que Néstor Kirchner mantenga el estándar de poder actual, condición esencial para beneficiarse aquí del arrastre de la imagen presidencial, tal como ocurrió en las elecciones de octubre del año anterior.

• Que el vicegobernador Mario De Rege incremente sus diferencias con la gestión de gobernador Miguel Saiz y, en ese camino, siga lesionando el frente interno radical. Es más, en esta materia, el diputado nacional por el Frente para la Victoria Julio Arriaga está convencido de que De Rege romperá con el radicalismo.

Un convencimiento que, para transformarse en realidad, requiere de mucha magia.

Motores calientes

Los radicales rionegrinos saben que el axioma de «Chacho» Alvarez está vigente: la política no aguanta mucho ni la inacción ni la perplejidad. De hacerlo, el poder se corroe.

Decididos a que esto no les suceda, en las últimas 48 horas esta UCR demostró que sigue teniendo bien entrenados sus reflejos.

Computó que Miguel Pichetto maneja su proyecto de UNRN en términos de idea fuerza para su anhelo de llegar a gobernador.

Pero percibió que esa idea no reúne, al menos hoy, generoso consenso en no pocos espacios del Frente para la Victoria.

Pero memorioso, el radicalismo recordó que la idea no surgió por generación espontánea.

Germinó en Juan Carlos Del Bello durante la campaña electoral del 2003. Y fue asumida por el PJ rionegrino.

Así, el radicalismo salió a defender públicamente la UNC. Reaccionó desde distintos escalones de su esquema de poder. Puso a Marta Milesi y Bautista Mendioroz a modo de primera línea de fuego. Pero quien recorrió el dial en el lapso mencionado supo que de la defensa participó un amplio núcleo de dirigentes oficialistas.

Se sabe incluso que este fin de semana, planos intermedios del oficialismo se reunirán con distintos sectores de la UNC. Llegarán con una consigna: palpar el ambiente existente en esos medios para organizar resistencias al proyecto.

Paradojal: la UNC nunca mereció mayor atención por parte de la UCR.

Pero las urnas mandan.

«Con el presidente solo no alcanza»

ROCA (AR).- «El apoyo presidencial es muy importante, pero con eso solo no alcanza. Yo recuerdo el respaldo que le dio Menem a Sodero Nievas… y así le fue».

De esa manera explicó Carlos Soria por qué cree que la elección del candidato a gobernador del Frente para la Victoria no puede surgir exclusivamente de la decisión de Néstor Kirchner.

El intendente de Roca ratificó ayer sus aspiraciones, pero en sus declaraciones se alejó de las actitudes caprichosas y reclamó la misma conducta a los demás aspirantes a enfrentar al radicalismo en las elecciones del año próximo.

«Los que hacemos política lo hacemos por vocación de poder y buscamos mejorar nuestro posicionamiento en la medida que la gente nos acompaña. Yo no voy a ser candidato a gobernador si no tengo buena intención de voto. Espero que los demás sean lo suficientemente inteligentes para darse cuenta de que para ganar una elección se necesita primero el acompañamiento de la gente. No alcanza con mirarse al espejo y decir 'qué pinta de gobernador que tengo'», sostuvo.

Previamente, Soria se había opuesto enfáticamente a participar el sábado en Cipolletti del primero de los encuentros programáticos organizados por el senador Miguel Pichetto y el diputado nacional Julio Arriaga.

«Más que encuentros programáticos hay que hacer encuentros con la gente y explicarle por qué es necesario cambiar el gobierno. Los funcionarios aparecen cuando uno tiene el poder y si no los tiene sale a buscar calidad y la consigue en cualquier universidad», opinó.

Luego desacreditó este tipo de reuniones por considerar que «tienen más de político que de programático y de ideas».

«A esta altura del partido no me convencen. Aparte, estoy muy ocupado trabajando por mi ciudad», empezó a cerrar.

Y remató con un repaso a la historia reciente del PJ: «Yo participé de muchos encuentros programáticos en la época que los organizaba Remo Costanzo y miren cómo le fue… perdió tres elecciones consecutivas».


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