¿La última función de Trezeguet?

Con la incertidumbre de no saber si el de ayer iba a ser su último partido, David Trezeguet afrontó el Superclásico de una manera especial. “Vamos a ver si me opero”, dijo el delantero apenas terminó el partido, dejando en suspenso una decisión que parecía tomada, la de la operación por una tendinitis en su rodilla izquierda que está programada para mañana.

Tal vez haya sido por esa carga que Matías Almeyda decidió no sacarlo. Darle un premio a un jugador que supo ser un pilar en el ciclo del DT al frente del equipo, tanto adentro como afuera de la cancha.

En los noventa minutos que jugó, David fue de mayor a menor. Con su característico juego a un toque, se las ingenió para recibir de espaldas al arco y habilitar a sus compañeros. En el complemento, el delantero bajó su nivel y se mostró algo nervioso. Se enojó más de una vez con Carlos Sánchez por algunos centros mal tirados, y se resignó cada vez que no le llegó la pelota. En la última jugada, lo que pudo ser un final con gloria fue una pesadilla. Terminado el partido, Trezeguet salió del vestuario sin hablar, aunque su cara habló por él.

Entre triste y resignado, David dejó el Monumental sin saber cómo va a seguir su futuro.