La utilización de balas prohibidas provocó el incendio
Responsabilizan a cazadores furtivos.
SSAN MARTIN DE LOS ANDES (ASM).- El fuego de balas trazantes utilizadas por cazadores furtivos fueron el origen del incendio rural más grande de lo que va de la temporada en la provincia del Neuquen.
Al cierre de esta edición, ya se contabilizaban unas 5.000 hectáreas de estepa calcinadas al este de Piedra del Aguila, en las proximidades del paraje Zaina Yegua.
Estas balas, de exclusivo uso militar, trazan una línea de fuego en el aire permitiendo corregir la puntería del tiro durante la noche. Pero cuando el proyectil cae a tierrala carga ígnea propaga el fuego sobre el combustible vegetal.
Un caso similar se produjo en octubre del año pasado a 8 kilómetros de Junín de los Andes, y aquella vez ardieron cinco hectáreas de la estancia Collunco.
Hasta el cierre de esta edición los combatientes de Bosques de la Provincia seguían luchando contra el fuego en el lugar, y habían logrado salvar algunos galpones de la estancia Yuncón que parecieron estar a punto de ser consumidos por las llamas.
El experto Simón Lewis, coordinador zonal de la lucha contra el fuego, confirmó que el origen del fuego se debió a este tipo de balas trazadoras.
En el lugar del siniestro se pudo confirmar que los cazadores furtivos habían dado muerte a un choique -ñandú petiso- con estos proyectiles. Los combatientes de Bosques hallaron los restos calcinados del ave.
Lewis indicó también que «tenemos estimado que la pérdida sería de alrededor de 100 pesos la hectárea durante un período de seis años, y dado que son casi 5.000 las hectáreas afectadas, el monto podría rondar en los 500 mil pesos».
Poco antes de las diez de la mañana de ayer, el fuego había sido contenido, pero dentro del perímetro del incendio seguían muy activos tres focos contra los que luchaban los brigadistas.
Diez combatientes de la brigada de Bosques de Junín de los Andes, trece de la de San Martín y cuatro particulares siguen en el lugar del incendio, y cuentan con el apoyo del helicóptero Hugues 500D contratado por la administración provincial que arroja agua con su helibalde.
Esta tarea no fue sencilla ayer, ya que para evitar demoras acarreando agua desde el embalse de Piedra del Aguila, lo cual insumía 30 minutos de vuelo, se aprovechó la cercanía de una pileta de natación de la estancia Yuncón. Desde la piscina, se abasteció de agua al helibalde mediente motobombas, mientras el helicóptero de mantenía suspendido a pocos metros del piso.
Entre tanto, los combatientes trabajaron durante toda la noche del martes al miércoles en la apertura de cortafuegos con sus herramientas de mano sobre un perímetro de 50 kilómetros lineales. Lo pedregoso del terreno dificultó la acción, pero contaron con el auxilio de una retroexcavadora particular.
La mayor parte del combustible vegetal que arde en ese sector de la estepa está compuesto por pastizales de coirón y neneo, y un tipo de arbusto llamado «cull mamuil» que tiene una altura de un metro y medio, y alta combustibilidad y volatilidad.
El objetivo del jefe del incendio y los combatientes, es el de aprovechar los momentos de escasez de vientos y menores temperaturas para controlar definitivamente el siniestro.
Proyectiles de exclusivo uso militar
Las balas trazantes que originaron el incendio más grande de la temporada y que consumió hasta el momento unas 5.000 hectáreas al Este de Piedra del Aguila, no son de venta libre.
Este tipo de proyectil es de exclusivo uso de las fuerzas armadas y de seguridad para sus operaciones nocturnas.
En el instante de efectuar el disparo, un fulminante que la bala tiene en su sector posterior se enciende, dibujando en el aire una línea de fuego hasta el blanco. El dispositivo permite comprobar la precisión del impacto o bien corregir la puntería en caso de haber errado el tiro.
En nuestra región, las fuerzas armadas y de seguridad cuentan con balas trazantes para sus armas en los calibres 7,62 correspondiente al Fusil Argentino Liviano -FAL-; 7,65 y para las pistolas 9 milímetros, entre otras armas.
Llama la atención que cazadores cuenten con balas trazantes. Según los conocedores de la actividad, la aparición de estos proyectiles en manos de furtivos con las consecuencias de campos quemados, es reciente.
El primer caso en la región data del 13 de noviembre pasado, cuando con balas trazantes mataron a un grupo de ciervos en las cercanías de Junín de los Andes, provocando un incendio de campos en un valle de la estancia Collunco. (ASM)
SSAN MARTIN DE LOS ANDES (ASM).- El fuego de balas trazantes utilizadas por cazadores furtivos fueron el origen del incendio rural más grande de lo que va de la temporada en la provincia del Neuquen.
Registrate gratis
Disfrutá de nuestros contenidos y entretenimiento
Suscribite por $2600 ¿Ya estás suscripto? Ingresá ahora
Comentarios