La venganza fue terrible

Vélez le dio otro golpe a Boca y lo festejó de manera muy especial: se desquitó del repechaje copero.

TORNEO PRIMERA DIVISIÓN

Vélez se dio el gusto del año. Anoche venció a Boca y se sacó una espina que tenia clavada desde enero, cuando el Xeneize le ganó el polémico cruce para entrar en la Copa Libertadores. Fue 2-0 con gritos de Fabián Cubero que, vaya paradoja, jugó por el artículo 225, y Mariano Pavone. La obligación era de Boca a partir de la distancia jerárquica de sus integrantes respecto del equipo local, plagado de juveniles en un proceso de recambio futbolístico originado en el ajuste de cuentas que Raúl Gámez propuso para este momento económico de la institución. Pero como el Xeneize viene muy golpeado después de la traumática y escandalosa eliminación de la Copa a manos de River, ante cualquier oposición medianamente atinada se desbarata y empareja para bajo. Los primeros 45 minutos se fueron sin jugadas de riesgo. Arruabarrena cambió de dibujo y el 4-4-2 no funcionó, mientras que el local intentó, por los costados, pero no gravitó. Los segundos 45 depararon otra cuestión, nada del otro mundo por cierto, pero al menos se dispararon algunas emociones que parecieron tener más su origen en la Justicia Divina que en la futbolística. Es que después del atajo legal que tomó Boca para dejar a Vélez fuera de la presente edición de la Copa, el equipo de Liniers pareció tomarse revancha de esa circunstancia cuando promediando el segundo tiempo fue justamente Cubero, quien no debía jugar este partido si no fuera por el mencionado recurso que habilita el reglamento de AFA, el autor del gol de la victoria. El pibe Delgadillo se sacó la pelota de encima lanzando un centro hacia atrás y Cubero le ganó insólitamente en el salto a Fabián Monzón para vencer de cabeza la débil resistencia de Orión. Tercer tanto del capitán velezano a Boca en su carrera. Previamente el arquero velezano le sacó el triunfo “del buche” a Boca, con tapadas espectaculares a Osvaldo y Chávez. Sobre el epílogo, Pavone redondeó el marcador tras otra buena acción de Delgadillo, pero la épica de este juvenil Vélez ya la habían firmado el pibe Aguerre y el veterano capitán Cubero. El primero en la cancha, el segundo ayudado por el “viejo y querido” 225, en los escritorios. Como para saldar cuentas, tal como le gusta a Gámez.


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