La «verdad de la milanesa» sobre dos fundaciones
Son neuquinas y no cumplen con sus fines específicos. Una es la que auspició la campaña presidencial de Jorge Sobisch.
NEUQUÉN.- «Una campaña no se hace con un sandwich de milanesa», dijo Jorge Sobisch como candidato a presidente (en 2007) a Clarín. Pero la ´verdad de la milanesa´ es que sí se hace con una fundación.
En Neuquén hay dos fundaciones muy conocidas, que no cumplen con los fines y condiciones que deberían tener. La Fundación para el Desarrollo Patagónico y Argentino (Fundepa) se ha desviado de los fines de bien común propuestos en su estatuto. Y la Fundación Médica de Río Negro y Neuquén no cumple con la condición de no tener fines de lucro.
Según la ley 19.836, las fundaciones son personas jurídicas constituidas con el objeto de bien común, sin propósito de lucro, mediante el aporte patrimonial de una o más personas, destinado a hacer posibles sus fines.
Fundepa según su estatuto fue constituida con «el objetivo principal de promover la investigación de los problemas económicos, sociales y de organización institucional del país, la provincia y la región patagónica». Pero está a la vista que la lujosa sede de la Fundación para el Desarrollo Patagónico y Argentino funciona como una especie de búnker político de Sobish, donde el ex gobernador suele hacer actos con la comunidad del MPN y reuniones con la elite del mismo partido.
El mismo Sobisch al ser preguntado por la financiación de la campaña respondió «nosotros tenemos una fundación que se llama Fundepa y todos los funcionarios políticos de la provincia aportan un porcentaje de su sueldo. Recaudamos 100 mil pesos anuales.» Según una investigación de este diario Sobisch gastó en su campaña a presidente al menos 20 millones de pesos.
La financiación de campañas políticas no debe ser el objetivo de ninguna fundación, ya que son un objeto de bien común y sin propósito de lucro, según lo establecido en la ya mencionada ley de constitución de fundaciones (19.836).
Fundepa adeuda a la Dirección de Personas Jurídicas dos ejercicios económicos (2007 y 2008); por tanto su situación legal es irregular.
En la calle Salta 326 de la ciudad de Neuquén solía funcionar un laboratorio de análisis clínicos llamado «Julio Palacios». El edificio era viejo y modesto nada igual a la fachada actual del mismo lugar. ¿Qué funciona hoy ahí? Nada más y nada menos que la sede de Fundepa.
El laboratorio estaba en aprietos económicos y necesitaba vender el edificio para afrontar sus deudas (una de ellas con el Banco Provincia de Neuquén -BPN-). Carlos Sandoval, era cliente del laboratorio e integrante del directorio del BPN durante la gestión de Jorge Sobisch como gobernador de la provincia y de Manganaro como presidente del banco. Sandoval enterándose de la necesidad del laboratorio presenta como cliente a Oscar Raúl Oliva, también miembro del directorio del banco en la misma época. La operación de compra-venta se concretó con Oliva y al poco tiempo comenzaron las reformas en el viejo edificio. Desde la dirección de Catastro de la Municipalidad de Neuquén afirman que el edificio no pertenece más a Oliva sino a una fundación.
Hoy se puede apreciar en la sede de Fundepa un hall de entrada con recepción, espera y lugar para exposición de obras de arte, siete privados, dos salas de reuniones de 16 metros cuadrados cada una, una planta libre de trabajo de 72 metros, dos privados de nivel gerencial y una sala de reuniones de nivel gerencial de 37 metros. Además de dos locales para archivo, baños en todos los pisos, cocina, depósito, sala de tableros, quincho con parrilla, terraza jardín y estacionamiento para cuatro automóviles.
¿Cuál es el problema con el edificio? Está subvaluado ya que según catastro provincial la superficie del edificio es de 36,32 metros y su valuación de 7,707 pesos. Sí a este monto se le suma el terreno la valuación total es 57,627 pesos. En la municipalidad el inmueble paga por servicios retributivos 340 pesos por año.
MARÍA PÍA MENDIBERRI
pipimedi@gmail.com
Y JORGE GADANO
jagadano@yahoo.com.ar
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