«La vida sería más fácil si entendemos que somos seres pasajeros»

"Río Negro" habló con Germán Daffunchio, de Las Pelotas, que se presenta hoy en Plaza Huincul y mañana en Cipolletti, sobre el alejamiento de Sokol y el presenta de la banda.

Buenos Aires es más que nunca un laboratorio crispado, según la inteligente óptica de Fito Páez. Todos los miradas están puestas en el Senado de la Nación, el ahora desprotegido vicepresidente Cobos y los temores de lo que vendrá. Lejos de ahí, en una dimensión paralela, sumida en una conexión metafísica, Las Pelotas graba justamente en Circo Beat, el estudio del rosarino. No ha visto televisión y posiblemente se enterará por los diarios del día después que el campo ganó la batalla. No le interesa. A Germán Daffunchio en este momento sólo lo conmueve la música.

Excitado toma el teléfono. No preparan disco nuevo, porque aún disfrutan de las buenas críticas y las mieles de «Basta». Las Pelotas graba «La Colina de la vida», el temazo de León Gieco para una placa que saldrá en homenaje al que le cantó al país de Ushuaia a La Quiaca. «La verdad es que León se va a morir cuando escuche la canción, porque se la hicimos mierda, pero se la hicimos mierda bien. Quedó espectacular, en serio, nos llamaron de la compañía discográfica para decirnos que estaba buenísimo».

La segunda noticia es que preparan «Que estés sonriendo», un tema que presentarán en sociedad en el próximo Obras Sanitarias, como bonus track para los seguidores peloteros. Daffunchio dice que Buenos Aires lo tiene «harto» y que regresaría corriendo al cobijo y el sosiego de las sierras de Córdoba. Explicar la génesis de «Que estés sonriendo» lo torna aún más existencial: «Es un reggae, podría definirlo como post nuclear… Viste cuando explota la bomba y quedás hecho mierda, y tenés que levantarte y darle para adelante…

-¿Así te sentís en este momento?

-No, lo que te digo es que así es el tema, yo ahora estoy grabando, con mis amigos, me siento feliz.

Las Pelotas regresa a la región (hoy en el Ruca Dance de Plaza Huincul y mañana en la disco Kimika de Cipolletti) en un momento trascendental de su vida artística.

La escenografía arriba del escenario cambió drásticamente y ya no se verá a Daffunchio y Alejandro «Bocha» Sokol tocando espalda con espalda, en esa pose antológica para el rock vernáculo. El calvo músico, hoy líder indiscutido, no piensa en una reconciliación y dejó en claro que las diferencias que lo separan con su antiguo compañero de rutas, tanto aquí como en Sumo, son demasiadas. Muchos rumores corrieron, pero Germán deja en claro que el carismático cantante «se fue», que él pegó el portazo.

Daffunchio hace años que no habla con la revista «Rolling Stones», en su versión criolla. La última nota la dio con Sokol y ambos se indignaron por «todas las mentiras que se dijeron». Pero «Bocha» cambió de postura y en el número de este mes habló de su nuevo grupo, El Vuelto Sociedad Anónima. «A vos te sorprendió, pero a mí no… No esperaba menos. Dejalo ahí», larga indignado.

-Sí, claro que me sorprendió. Pero «Bocha» no habló mal de nadie.

-Mirá man, todo el mundo sabe lo que pasó. Pero enseguida la prensa busca la parte amarilla de la historia, pero nunca piensan que detrás hay seres humanos, historias de vida. La verdad es que estos tipos se quieren hacer los progresistas, pero a la vez son amarillos, entendés.

-De su nueva banda, El Vuelto SA. ¿Escuchaste algo?

-Sí, en realidad creo que tocan ocho temas de Las Pelotas y ocho de Sumo (risas). No sé, no tengo ni idea loco, con Alejandro no hay deudas, y nosotros estamos al palo trabajando, bien, grabando y disfrutando.

-No hay deudas, pero ¿puede haber vuelta?

-No creo, para nada. En la vida hay cosas que no se pueden volver atrás, hay decisiones en la vida de cada uno que terminan siendo drásticas…

-Va a ser extraño no ver a «Bocha» arriba del escenario.

-Sabés qué, andá a ver el recital y después llamame y me contás.

Entiende el magnetismo que genera Sokol. Igual le molesta el tema. Daffunchio no tiene muchas «pulgas». «En los lugares que tocamos (…) hay gente a la que no le importa un carajo (la separación) y otra a la que le resulta extraño. Porque acá hay una cosa: una banda de rock es un grupo humano que trabaja como un equipo, que lucha y lucha, y pasa etapas, un grupo humano con el cual festejás, padecés, llorás. Y en este camino pueden existir bajas, como sucede con los equipos de fútbol. Quiero decirte que más allá de los individuos está la música. Nadie trata de reemplazar a Alejandro, porque es irremplazable, pero llegamos hasta ahí, y ahora Las Pelotas es esto… Te puedo gustar o no, pero lo más importante para nosotros es la música y hacer lo que hicimos siempre.

-¿Y qué es Las Pelotas hoy, cómo decís?

-Vayan al recital y vean. Las Pelotas sigue viva y en el mismo camino. Alejandro decidió irse, nos abandonó como alguna vez lo hizo en Sumo. Él es así. Nosotros seguimos con las guitarras arriba, saliendo a matar. Me parece que las palabras son totalmente al pedo, hay que ver el recital y listo loco, es así. Se trata de estar junto a la gente, más allá de ver quién mueve el equipo (risas). Me levanté de la tumba de Luca (Prodan), de tener muerto en la cama a Luca, empecé de nuevo, con una mano atrás y otra adelante. A esta altura, a mí no me detiene nada.

-No hay muchas cosas que te hagan disfrutar aparte de la música.

-Me encanta estar en el escenario, encerrado en el estudio de grabación, no hay muchas cosas más en el mundo que me interesen.

-Las letras que componés, todas con mucha bajada social, no dicen lo mismo.

-Eso es cierto, creo que merecemos vivir una mejor vida y en un país mejor, son décadas y décadas, generaciones y generaciones que han muerto por vivir en un país de mierda.

-Obviamente, por lo que decís, el rock no es el mundo que se imagina la gente.

-No, para nada. El compromiso está en el espíritu de cada uno. Hoy decir que sos rocker es estar de moda; los pibes se visten como dice la tevé y en realidad son unos idiotas, el asunto es ser consecuente a través de la vida, nada más.

-Hace mucho ya que la vida del rockero dejó de ser la del reviente.

-Esa es una visión muy limitada. Hay rockeros que se reventaron por ser demasiado sensibles, y muchas veces la sensibilidad te lleva a la destrucción porque te aplastan. Creo que es la historia del arte en todas sus manifestaciones, en el fondo muy pero muy trágicas. La verdad es que la vida igual sigue siendo esencialmente una mierda, todo mandado por el «Dios dinero» y lo demás es mentira. La vida sería más fácil si entendemos que somos seres pasajeros.

-Sos un tipo feliz, pero a la vez tu excepticismo asusta.

-¿Por qué?, ¿vos creés que las cosas andan mejor? Hace poco fuimos a Europa y nos dimos cuenta de algo: ¿sabés que diferencia hay entre los países del Primer Mundo y los del Tercero? Que en los desarrollados arreglan los conflictos existenciales comprando televisores plasmas. Lo que quiero decir es que el camino es extremadamente duro, pero en algún momento de tu vida tenés que evaluar qué cosas te hacen feliz y bancarte las consecuencias. Luca tenía una frase clave: «Sos callejero vos, bancatelá». Esa es la vida del músico.

 

SEBASTIÁN BUSADER

sbusader@rionegro.com.ar


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