Cronología del escándalo

Tras casi tres meses sin actividad, el balón volverá a rodar mañana en Argentina después de que la AFA llegara a un acuerdo con Futbolistas Argentinos Agremiados para poner fin a una huelga de doce días.

El reinicio del fútbol había sido anunciado en los últimos días como algo inminente, pero la negociación entre futbolistas y dirigentes fue dura y plena de discrepancias.

En la reunión que se desarrolló ayer en el ministerio de Trabajo, que fue mucho más intensa de lo que se esperaba, el presidente de la Comisión Normalizadora, Armando Pérez, y el titular de Agremiados, Sergio Marchi, ratificaron el acuerdo que habían alcanzado el martes.

Pérez y Marchi, además de Claudio Tapia y Javier Medín, llegaron a la sede del ministerio, donde los esperaban Jorge Triaca y otros funcionarios de esa cartera, con la confianza de que sellarían rápidamente el acuerdo, después de las buenas negociaciones del martes.

Pero apareció un elemento inesperado que trabó la negociación y amenazó hasta con dilatar aún más el esperado regreso del fútbol. Es que no lograban ponerse de acuerdo en la manera en la que se va a distribuir el dinero, cuya suma sí estaba acordada.

Finalmente ambas partes cedieron, según contó Tapia en la conferencia de prensa que se realizó después de las más de cinco horas de reunión. Sabían los dirigentes que no tenían margen para anunciar un nuevo fin de semana sin fútbol.

“Ojalá esto no se vuelva a repetir y cada uno sepa que debe gestionar bien, que hay que cambiar, transformar”, dijo Marchi tras celebrar el acuerdo y agradecerle la predisposición a los futbolistas.

Tan caliente fue la reunión que Marchi contó que hubo “roces pero cada uno sabrá interpretar que es en el marco de las responsabilidades que cada uno debe ejercer”.

La larga espera terminó (la última fecha del torneo de Primera antes de ingresar en el receso se disputó el 18 de diciembre de 2016) y la pelota volverá a rodar después de 80 días y de idas y vueltas que dejan en clara evidencia la profunda crisis institucional y económica en la que está inmersa el fútbol argentino.

La voz de los

protagonistas

Se presentó una sola lista

y es la de Chiqui Tapia

La cronología

del conflicto

El certamen debió reanudarse el pasado 3 de febrero pero ya desde fines del año se advirtió que no iba a ser posible, ante el reclamo de los clubes por el atraso en el pago de la última cuota del programa Fútbol para Todos. Fue el punto de inicio del conflicto.

El primer plantel que no arrancó la pretemporada por deudas salariales fue el de Unión, pero luego copiaron la medida los jugadores de Newell’s, Banfield, Gimnasia La Plata, Olimpo y Quilmes.

En medio de las promesas de los dirigentes, los futbolistas volvieron a trabajar pero Agremiados atendió el reclamo e inició las gestiones en el Ministerio de Trabajo. La primera audiencia fue el 3 de enero y el comunicado que difundió el gremio que encabeza Sergio Marchi avisó que “en las actuales condiciones será inviable la reanudación de la actividad”.

El 24 de febrero los dirigentes aprobaron el nuevo estatuto y la rescisión del contrato de FpT, condición impuesta por el Gobierno para girar el dinero adeudado. El conflicto parecía llegar a su fin, pero en el medio se metió Agremiados para anunciar un paro.

El 2 de marzo, el Gobierno confirmó el giro de la plata pero los jugadores ratificaron el paro y anunciaron que recién volverían a jugar con el dinero en el bolsillo.

La AFA apercibió a los clubes con posibles sanciones si no presentaban equipo y los dirigentes plantearon la posibilidad de jugar con equipos juveniles pero finalmente se dio una nueva marcha atrás.

Con el dinero ya depositado en la cuenta de AFA y posteriormente a la de los clubes, la idea del reinicio de la actividad se reflotó. Con los 305 millones de pesos que giró el Estado más el aporte de capitales privados (televisión y empresa patrocinadora) se llegó a una cifra cercana a lo pretendido por el gremio para levantar el paro.