Las 400 hectáreas de Raúl

Raúl Tarruella se enteró de que su hermano Eugenio -que había rechazado el convenio del 93 por los diez lotes que recibió el resto de la sucesión- había ganado 60 hectáreas costeras de la provincia, por lo que reunió a sus otros hermanos y se asesoró con Echarren para iniciar sus acciones efectivas que le renueven derechos sobre el área. Días antes de que Zonco dejara el poder en manos de Adrián Casadei, en marzo de 2000, el heredero alambró sorpresivamente las 405 hectáreas que en el acuerdo del 96 le correspondieron a la comuna.

Ahí el conflicto cobró difusión pública y rápidamente Casadei anunció que pasaría la topadora por sobre los alambrados. «Nadie se quedará con lo que es del Municipio», repetía entonces el jefe comunal.

Galindo Roldán como presidente del Concejo Deliberante y Rafael Augugliaro desde la asesoría legal del Municipio recolectaron toda la documentación acerca del tema y empezaron a planificar la estrategia para hacer valer el derecho de la comunidad sobre esas valiosas parcelas. En noviembre de ese año, como ya se ha dicho, el CD declaró la nulidad del acuerdo entre la Provincia, el Municipio y Eugenio Tarruella que según el fiscal de Estado debía pasar por el cuerpo parlamentario.

Luego de que se descubrieran otras extrañas cesiones de derechos por parte de la Dirección de Tierras en áreas costeras cercanas a Las Grutas -pero ubicadas hacia San Antonio Oeste- el gobierno de Pablo Verani en mayo de 2001 decidió traspasar toda la tierra fiscal al ejido municipal.


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