Las armas secretas
“Si el candidato del MPN es Sobisch, el próximo gobernador es Quiroga”, razonó un dirigente opositor.
HÉCTOR MAURIÑO vasco@rionegro.com.ar
El petróleo sigue marcando la agenda de la provincia. Sapag se puso esta semana en sintonía con la fuerte presión desatada por el gobierno nacional sobre las grandes empresas para que reinviertan sus ganancias y aseguren un aumento consistente de la producción. El jueves está prevista una reunión de las 10 provincias productoras y Sapag adelantó que de allí surgirá el planteo de hacer un “pacto federal de hidrocarburos” del que participen todos los sectores involucrados: las provincias, como titulares del dominio; la Nación, como reguladora de la actividad, y el gremio como representante de la fuerza de trabajo. Para el gobernador no es imperativo reestatizar YPF, antes bien sería preferible que los recursos del Estado contribuyeran a ampliar la producción. Aquí surge el matiz en su postura en relación con el gobierno nacional: “Las empresas tienen que invertir, traer dinero de afuera o usar parte de las utilidades que ahora se llevan afuera, pero también puede invertir el gobierno”. Sapag preparó un trabajo para la Ofephi en el que se hace una proyección: perforar en cuatro años mil pozos de gas y otros tantos de petróleo. Es en este desarrollo que el mandatario piensa en hacer tallar a las empresas estatales como Gas y Petróleo del Neuquén o Enarsa para que se conviertan en socias importantes del negocio. Desde otro ángulo del problema, un dirigente encumbrado de la oposición local admitió que Cristina tiene razón en apretar a las petroleras para enjugar un drenaje de divisas que en el último ejercicio llegó a los 9.300 millones de dólares y que, de mantenerse, podría trepar a 50.000 millones en cuatro años. Pero advirtió que las petroleras no invierten porque tienen desconfianza y que el problema es la distancia del precio interno con el internacional, sobre todo el del gas. Mientras vela por lo que según su visión asegurará los ingresos de la provincia, Sapag deja entrever que por ahora no le preocupan demasiado las claves políticas de su gobierno. El 2015 aparece muy lejano, pero cuando se le pregunta al respecto el gobernador advierte que “el MPN tiene que ofrecer candidatos nuevos” y vaticina que surgirá una nueva generación de dirigentes. “En estos dos o tres años estarán en marcha Chihuido, planes en vivienda, obra pública y por lo tanto hay suficientes elementos como para pensar que el MPN tiene que ofrecer candidatos nuevos”, reflexiona. El gobernador lo niega pero la reforma constitucional que ha empezado a plantear el kirchnerismo para lograr la re-reelección de Cristina refuerza la posibilidad de que termine haciendo lo mismo en Neuquén. Puede ser, reflexionan algunos observadores, que Pechen renuncie dos años antes para convertirse, al cabo, en la heredera. O que la nueva generación de la que habla el gobernador tenga su expresión en el ministro de Economía, Omar Gutiérrez, o en su par de Coordinación de Gabinete, Gabriel Gastaminza. O tal vez ése es el plan “A” y el “B”, la verdadera arma secreta de Sapag es, sin vueltas, la “re-re”. Después de todo, ahora que el gobernador ha reencauzado al MPN en lo que él considera su senda histórica, de paz social y buenas migas con el gobierno nacional de turno, no lo va a terminar regalando. Desde la oposición, en cambio, en primer lugar entre los expectables para el 2015 está Quiroga. El intendente de la principal ciudad de la provincia puede quedarse tranquilo y apostar a ocho años de municipio, o ponerse en la primera fila dentro de apenas cuatro años. Dependerá de su gestión, es cierto, pero también del éxito de la de Sapag y de quién sea el aspirante oficial. En todo el arco opositor se frotan las manos con la posibilidad de que fuera Sobisch. Es que el ex gobernador y presidente del partido oficialista conserva intacto el apetito y, según se dice, saldrá en marzo a recorrer la provincia. “Si el candidato del MPN es Sobisch, el próximo gobernador es Quiroga”, aseguró, justamente, un dirigente opositor. Pero pocos creen que vaya a ser así y muchos, en cambio, que Sobisch es otra de las armas secretas de Sapag, lo deja andar cuando hace falta presentarse como el mal menor. Donde hay una revolución interna es en el Une. El presidente del partido, Julio Fuentes, salió a pedir una autocrítica y removió el avispero. El planteo lleva implícita la crítica por el magro resultado electoral; por las diferencias en torno al alineamiento nacional, y también por el resultado de una política de alianzas que ha dejado a la fuerza propia con las ganas mientras algunos amigos escalaban posiciones. Pero la sangre no llegará al río. Habría consenso para que el nuevo jefe partidario sea Mansilla. Eso sí, habrá un cambio. “El plan “A”, el de la alianza frentista multicolor, fracasó. Primero porque lo sabotearon el PJ y la UCR y segundo porque nos dejamos estar. Pero hay un “plan B”, que es volver a la tesis original: fortalecer la fuerza propia, crecer y dejar las alianzas para 15 días antes de la elección”, razona el dirigente. –¿Puede haber una alianza con Quiroga”– se le inquiere. –“El tema sigue siendo sacar al MPN del gobierno”– responde el interlocutor, dejando entrever que el arma secreta de Une es una flexibilidad a toda prueba. Claro que, desde la óptica de cualquier observador, hay también otros candidatos en danza. Para empezar Rioseco, quien está haciendo de su buena gestión en una ciudad difícil como es Cutral Co su única arma secreta. Está lejos de su objetivo, porque la suya es una ciudad chica y porque no le ha encontrado la vuelta a la comunicación, pero está. ¿Qué más? Desde el sector de la oposición que no comulga con Quiroga se baraja la figura de Bertoldi. En el 2015, el kirchnerismo podría avalar una fórmula que incluyera al intendente de Centenario en pareja con su par de Cutral Co. O, por caso, con la senadora Nanci Parrilli. ¿Por qué no? Es cierto que es muy temprano para hablar de estas cosas, la realidad irá mutando con el transcurso del tiempo. Pero en buena medida lo que pasa hoy está prefigurando el futuro.
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