Las baladas de Liam y Noel sedujeron en River

El domingo, ante 45.000 personas, Oasis demostró una vez más en la Argentina por qué es una de las mejores bandas del mundo. Un gran show lleno de hits y clásicos de los británicos.

BUENOS AIRES.- Los británicos de Oasis confirmaron anteanoche que son una de las mejores bandas del mundo al brindar un espectacular concierto en su cuarta presentación en la Argentina, ante más de 45 mil personas que llenaron el estadio de River Plate y disfrutaron de un show con mayúsculas.

Apoyados en una lista de canciones poblada de hits y de clásicos, esta banda que inició la ola del brit pop hacia finales de los ´90, demostró que para sobrevivir a varias modas solo hay que componer grandes temas y saber tocarlos. Y es esta versión siglo XXI de Oasis liderada por los hermanos Liam y Noel Gallagher, a la que se suman los talentosos Gem Archer en guitarra, Andy Bell en bajo y el baterista Chris Sharrock, la que le da el mejor viaje a cada canción.

A eso hay que sumarle que quizás Noel Gallagher sea uno de los mejores compositores de su generación y que Liam es, siempre y cuando esté limpio y de buen humor, un gran vocalista.

Con estos ingredientes y un público que los quiere y por eso cumple metiendo 45 mil personas en una noche estrellada en River, en la cuarta visita de los otrora chicos malos de Manchester.

Su primer show en Buenos Aires fue en 1998 en un Luna Park y luego en 2001 y 2006 concretaron sendos y recordados conciertos en el Campo de Polo, en Avenida del Libertador y Dorrego.Y para ratificar pergaminos a los que Oasis les bastó arrancar su show con el fenomenal rocanrol «Rock and Roll Star», de su primer disco «Definitely Maybe» (1994), considerado a estas alturas un clásico.

Con el pelito corto y con un típico pilotín inglés que le llegaba hasta las rodillas, Liam ratificó con su arrogancia característica, por qué es una de las mejores voces del rock mundial.

El efecto fue tal, que la gente que esperaba sentada con algo de frío comenzó a saltar inmediatamente cuando sonó el riff diseñado por Noel que luego le dio rienda suelta a su guitarrón Gibson en el hit «Layla», del disco «Don´t Believe The Truth».

El nuevo disco «Dig Out Your Soul» tuvo su lugar con el primer corte «The Shock Of The Lightning», un rocanrol con el sello típico de Oasis, en el que se lució el nuevo baterista Chris Sharrock. Y precisamente el nuevo dueño de los parches fue el encargado de aporrear su redoblante para otro rocanrol legendario «Alcohol y Cigarrillos», del primer álbum.

Pegadito sonó uno de los primeros temas compuestos por Liam, «The Meaning of Soul», incluido en «Don´t Believe the truth», en que las pantallas se convirtieron en un gigantesco mar de diapositivas rojas.

La puesta en escena incluyó también la filmación de un volcán en erupción y los mares de lava que arrojó cuando la banda tocó «To Be Where There´s Life» de su último CD, mientras hermosas fans disfrutaban las canciones.

Noel cantó otra canción del disco nuevo, «Waiting For The Rapture», que arrancó con unos hermosos arreglos de piano y concluyó con muy buenos juegos de guitarra.

Para la hermosa balada «Masterplan», Noel dijo algunas palabras en castellano, presentó al nuevo baterista y pidió cantarle el feliz cumpleaños al tecladista Jay Darlington, un clon de George Harrison en su época más hippie.

Luego, Gem Archer mostró sus dotes de guitarrista con un exquisito solo en la balada «Songbird», una de las primeras canciones compuestas por el bocón Liam.

Cuando promediaba el show, la banda se despachó con «Morning Glory», uno de los hits de su segundo disco, que gracias a su poderoso estribillo, le permitió a los británicos llevarse todo puesto en el Monumental. Más tarde, Noel volvió a tomar el micrófono para cantar «The Importance of Being Idle», esa oda británica a lo Kinks, que engalana «Dont´ Believe the Truth», en el que la gente lo acompañó de la A a la Z. Luego, Liam también demostró que él también puede componer grandes baladas épicas al tocar «I´m Outta Time», una canción que compuso para el último CD.

Para una banda que logra siempre grandes momentos, no podían faltar las fotos épicas del segmento en que tocó «Wonderwall», una de las mejores canciones de los ´90, un pedazo de historia de varias generaciones alrededor del planeta.

Otro momento central corrió a cargo de Noel y su versión, cariñosa y emocionada de «Don´t look back in anger», ese baladón del segundo disco, que Gem ilustró con muchos arabescos y con un solo de notable buen gusto.

La gente cantó el final de este clásico, pero Noel arremetió de nuevo con los últimos acordes, se quedó con el final y un aplauso emocionado de los fans argentinos. El cierre fue una gema -y van…-, del segundo disco que es «Champagne Supernova», en el que Noel le confirmó a todos que es un gran guitarrista al lanzarse a un solo increíble y formidable. El cierre fue para un clásico de los Beatles, «Yo soy la Morsa», en el que Oasis demostró por qué es junto a U2, Radiohead y Coldplay, una de las mejores bandas del mundo. La densidad sónica y psicodélica alcanzada por Oasis en la interpretación de este delirio de los Beatles, también ratificó que si fueran vagos a la hora de componer, los Oasis también serían la mejor banda de covers. Por todo eso, suena muy difícil que aquella broma de que iban a separarse luego de este show tenga algo de cierto. Da la sensación de que hay más Oasis. Por suerte. (Télam/Agencias)


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