Las baladas en tiempo de lluvias 4-1-03
NEUQUEN (AN).- ¿Qué hace César Banana Pueyrredón cuando no aparece en los escenarios del país? Siempre tiene ases bajo la manga y en el caso que no ande girando por provincias, prepara sus periplos por Centroamérica, México y los Estados Unidos como ha sucedido el año pasado. Se toma su tiempo para componer y con los tiempos que corren, saca sus riesgos sobre la conveniencia de editar discos nuevos. Busca adecuarse, según pasan las modas. «A pesar de la crisis que vivimos me siento un afortunado de tener trabajo y de que mi música -dice- con el trascurrir de los años sigue viva, porque soy un convencido de que el amor perdura sobre los tiempos». Es de los artistas que tiene su público, aquel que sin llegar al frenesí, lo sigue, lo aguarda y gusta de escucharlo. Hoy a las 23.30 con entrada libre estará en el casino del aeropuerto de Neuquén. Ya no es época de estadios repletos. Y César «Banana» Pueyrredón lo acepta, sin dejar adivinar tristeza o resentimientos. Una adaptabilidad forzosa, quizás. Justamente este recital, se enmarca dentro de la modalidad actual. Ahora la opción es cumplir con circuitos de pub. – «¿Si se gana algo? Digamos que se rescata lo intimista. Es ideal para conformaciones pequeñas», sostuvo el músico, sin dejar de reconocer que otras épocas fueron mejores. César y su hermano Daniel fueron los fundadores -hacia fines de los sesenta- del recordado «Banana». Giraron con «Conociéndote» y «Nadie podrá hacerme olvidar» por países de Latinoamérica. Su vida actual, la de este hombre que incluyó como parte de su nombre, el de aquella conformación adolescente, es de sobrevivencia. Cuenta que puede «vivir de la música» y es bueno que esto le siga pasando. Ha asegurado, con poco más de 30 años sobre los escenarios, que su carrera es cíclica. Ha tenido períodos de eclipses y de gran brillo, entre éstos últimos los 70 y algunos de los 80, cuando comienza a actuar como solista en 1984. Desde entonces graba seis discos, «especialmente entre el 86 y 89» cuando se independiza con su sello Pelícano. Tres más en los noventa y desde 1999 con «Souvenir del paraíso» aguarda para volver con novedades a las bateas. Hoy, hará «las canciones que la gente quiere de la época de Banana o de los varios álbumes como solista», promete.
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