Las demoras en Aeroparque golpearon a pasajeros de la región
El caos de los últimos días en Ezeiza se trasladó a este aeropuerto
BUENOS AIRES (ABA) .- Un hombre alto de cuarenta y pico de años, con anteojos y barba reciente, formaba la fila (común a todos los destinos) frente al mostrador de Aerolíneas Argentinas para el «check in» de su vuelo a Neuquén de las 17:35. «Todavía no aparece en la pantalla la hora de embarque, pero creo que la cosa se está normalizando», decía ayer en el Aeroparque Jorge Newbery la persona descripta cuando la consultó «Río Negro» sobre la situación después del caos del fin de semana en Ezeiza que tuvo amplio eco en la prensa internacional.
Iluso aquel, porque minutos después un administrativo abordado por este cronista puso las cosas en blanco sobre negro. Miró un planilla y disparó: «Ese vuelo, el único que queda a Neuquén, con suerte va a salir 21:55». Es decir, cuatro horas y veinte después del horario previsto.
Pero de cumplirse ese pronóstico nuestro amigo tendría suerte, para otros viajantes la demora fue aún mayor, mientras varios viajes fueron cancelados.
A las 16,45 se dio la orden de embarque para el vuelo a Bariloche de Austral de las 11:30 horas que saldría a las 17:30. Seis horas de retraso.
Para el de Bariloche de las 13:20 se anunció en el tablero la salida a las 19 horas, mientras el de las 13:05 a dicha ciudad turística pasadas las seis de la tarde seguía demorado.
El cuadro de mayor tensión, con algunos tumultos gritos y empujones, se produjo en horas de la mañana -confió una empleada del sector venta de pasajes- en la zona de atención de reclamos. Allí se informaba de la clausura de varios vuelos a Córdoba, Tucumán, Calafate y Trelew. «Como varios Boeing de cabotaje fueron derivados a Ezeiza para destinos como Lima, Río de Janeiro, San Pablo y Santiago de Chile, lo que se hizo fue acumular los vuelos internos (por ejemplo de los cinco que iban a Córdoba se mantuvieron cuatro) y suspender el resto para otro día», fue la explicación oficial.
Personal de seguridad protegió al personal y la cuestión no pasó a mayores.
La cuestión es que los perjudicados lo tomaron con el peor ánimo. «Yo tenía vuelo a la una de la tarde, me llamaron para decirme que esté aquí a las cinco, y ahora me informan que vuelo mañana», afirmaba indignada una mujer de unos treinta años que iba hacia la capital tucumana. A los damnificados por tales suspensiones la cuestionada empresa propiedad del grupo Marsans les adjudicó una pieza en alguno de los hoteles céntricos.
Un operario de Aerolíneas señaló como trasfondo del caótico escenario el recrudecimiento del conflicto con el personal de rampa. Según su versión, la gente de Aero Handling (que trabaja con Aerolíneas) está reclamando un plus vacacional de 500 pesos que se les reconoció a sus pares de Intercargo.
«La cosa viene pesada, puede haber más novedades en cualquier momento», deslizó el infidente.
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