Las dos Corea prometen resolver sus diferencias

La histórica cumbre entre los dos presidentes tuvo un clima cordial.Es el primer acercamiento real desde la guerra que dividió al país.Proponen reabrir las vías de comunicación y reunir a familias.

PYONGYANG (Reuters-EFE) – Los líderes de la comunista Corea del Norte y de la capitalista Corea del Sur se reunieron por primera vez en los 55 años de división de la península en dos estados enemigos y prometieron relajar las tensiones que datan de la Guerra Fría.

El jefe de Estado surcoreano, Kim Dae Jung, y el líder comunista del norte, que hace las funciones de jefe de Estado, Kim Jong II, mantuvieron ayer una reunión de apenas 27 minutos en la residencia oficial de huéspedes del gobierno de Baekhwawon.

«Somos el mismo pueblo coreano», dijo el líder comunista, a lo que el gobernante sureño respondió con una afirmación similar, instándole a «escribir juntos y desde ahora la Historia».

Los líderes del Norte y el Sur no se han reunido desde la división de Corea, en 1948, y han estado técnicamente en un estado de guerra desde la conclusión de la Guerra de 1950-53, en una tregua armada.

Aunque el Kim comunista se mostró partidario de resolver todos los problemas que hay entre los dos países a través de una «línea directa» entre ellos, no se refirió específicamente a ninguno de ellos

Fue el Kim demócrata del Sur quien tomó la iniciativa, al manifestar, en un banquete que le ofreció por la noche , que era imperativo solucionar las divisiones familiares causadas por la guerra fratricida y la ruptura en dos de la península.

«La edad está acabando con muchos de ellos. Tenemos que satisfacer los deseos que han mantenido a lo largo de sus vidas», dijo.

Kim Dae Jung hacía referencia así al drama de los diez millones de personas a ambos lados de la línea divisoria que quedaron separados a la fuerza de sus seres queridos tras la ruptura del país hace 55 años y la guerra que mantuvieron entre 1950 y 1953.

Concretamente, sugirió la reapertura de los clausurados nexos viales y ferroviarios, así como la apertura de nuevas rutas marítimas y aéreas, como manera práctica de relajar las tensiones.

Pero además de la reunión oficial, los dos Kim dispusieron para conversar de los 40 minutos que duró el recorrido de la caravana que trasladó al invitado surcoreano desde el aeropuerto a la capital, en la que los dos dirigentes compartieron la misma limusina.

El portavoz del gobierno surcoreano declinó revelar de qué hablaron allí los dos líderes y sólo indicó que estrecharon sus manos con frecuencia y rieron con desenfado.

El líder norcoreano rompió el protocolo al presentarse en el aeropuerto para recibir al pie del avión al veterano Kim Dae Jung, un político resuelto a la reunificación nacional, que hasta llegar a la Presidencia, hace dos años, sufrió la represión de los regímenes dictatoriales que llegaron, incluso, a condenarlo a muerte.

La informalidad protocolaria inyectó optimismo respecto al futuro de los tres días que durará la histórica visita y se interpretó como síntoma de un nuevo clima de distensión entre ambos países, enfrentados desde hace más de medio siglo.

Las autoridades surcoreanas informaron en Seúl de que más de 600.000 norcoreanos se agolparon en el recorrido de la caravana motorizada entre el aeropuerto y Pyongyang y agitaron flores de papel y plástico, pero ninguna de las dos banderas de ambos países. Los norcoreanos corearon los nombres de los dos dirigentes y, en ocasiones, las consignas del aparato propagandista oficial «somos una Corea».

Las imágenes del viaje de Kim Dae Jug a Pyonyang fueron transmitidas en directo a la vecina Corea del Sur y produjeron con frecuencia escenas dramáticas entre los espectadores, que irrumpieron en aplausos en los centros comerciales al ver que el hasta ayer oscuro dirigente norteño daba un apretón de manos a su presidente

Como prueba de esa nueva voluntad intercoreana, el gobierno surcoreano informó de que se estudia doblar hasta un billón de wones (unos 910 millones de dólares) el fondo de cooperación económica asignado para socorrer las necesidades sanitarias de Corea del Norte.

La guerra olvidada

El próximo 25 de junio se recordará el 50 aniversario del estallido de la Guerra de Corea, que ingresó en los anales de la historia como «Forgotten War» (la guerra olvidada).

Como ningún otro suceso de la época, la guerra en Corea hizo que la Guerra Fría pasara de ser un conflicto ideológico a uno militar. No sólo Corea del Sur corría el riesgo, el 25 de junio de 1950, de ser arrasada totalmente, sino que las hostilidades en la península de Corea, de gran importancia geoestratégica, también ponían en peligro la paz mundial .

Aquel día, las tropas de la comunista Corea del Norte cruzaron el límite artificial entre el Norte y el Sur, en el paralelo 38.

Sólo la masiva entrada en acción de tropas de las Naciones Unidas, integradas por 16 países y capitaneadas por Estados Unidos, logró repeler a las unidades norcoreanas. Más tarde, Corea del Norte recibió el apoyo de unidades de combate enviadas por China.

Las negociaciones sobre un armisticio se prolongaron durante casi dos años, hasta el 27 de julio de 1953.La lucha fratricida costó la vida a más de 4,5 millones de personas y no sólo selló la división de la península,. También como consecuencia de la guerra, la desconfianza y la hostilidad se profundizaron y desde entonces han marcado la relación entre los dos vecinos.

No existe hasta hoy un acuerdo formal de paz entre Corea del Norte y Corea del Sur. Millones de familias quedaron separadas a causa de la guerra y la división y hasta hoy no pueden establecer ningún contacto oficial a través de la «cortina de hierro». (DPA)


PYONGYANG (Reuters-EFE) - Los líderes de la comunista Corea del Norte y de la capitalista Corea del Sur se reunieron por primera vez en los 55 años de división de la península en dos estados enemigos y prometieron relajar las tensiones que datan de la Guerra Fría.

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