Las gallinas se rebelan en el cine de Neuquén

Título original: Chicken Run. País: EE.UU. Intérpretes (voz): Mel Gibson, Julia Sawalha, Miranda Richardson, Jane Horrocks. Dirección: Nick Park, Peter Lord. Guión: Karey Kirkpatrick, Jack Rosenthal, Nick Park y Peter Lord. Estreno: Village Cines Neuquén, a las 12.10, 14.00, 16.00, 18.00, 20.00 y 22.00.

NEUQUEN (AN).- Cada intento de escapar ha sido frustrado y su líder ha sido incomunicada. Pero ésta no es una cárcel ordinaria y ellas no son criminales ordinarias. Son las prisioneras de la granja de huevos Tweedy, donde la gallina que no ponga desayuno en la mesa puede terminar siendo la cena. Pero Ginger (Julia Sawalha) y sus compañeras están determinadas a escapar.

El tiempo se está acabando pues la codiciosa dueña de la granja, la señora Tweedy (Miranda Richardson), encuentra una nueva forma de emplumar su propio nido convirtiendo las gallinas en pasteles de pollo. Ahora, con la ayuda de Rocky (Mel Gibson), “el Gallo Solitario”, las gallinas organizan la más espectacular fuga de la historia avícola.

Según el crítico Ricardo Ramos, quien no haya visto algún trabajo de Aardman (empresa de animación) tendrá una buena sorpresa cuando descubra esta película. “Pollitos en fuga” no tiene parecidos con otros productos de animación que llegan puntualmente en fechas de vacaciones. 

Para empezar, su estética es impactante. Las formas redondeadas y regordetas de Aardman no tienen nada que ver con la esbelta moda que Disney define junto a su escuela de émulos. Y es sorprendente, también, la técnica de animación emplea, muy poco común y alejada por entero de la animación tradicional en dos dimensiones y de la puntera tecnología digital. La compañía británica, al margen de cualquier moda dominante, se ha especializado desde su nacimiento en la animación de plastilina, y lo cierto es que, con más de veinte años de experiencia, sus productos alcanzan una calidad fantástica.

A pesar de todo, la primera película de los talleres Aardman es algo más que un buen trabajo de animación: es una buena película. A partir de una imagen cómica y con grandes posibilidades trágicas, Nick Park y Peter Lord (los dos guionistas y directores responsables del filme) han creado una fantasía loca con sabor a cine clásico. 

La idea es tan simple como efectiva: transforman a los reclusos de un campo de concentración en gallinas de un corral y nos cuentan su fuga. El resultado inmediato es la parodia y el absurdo. Y el efecto es fulminante: una descarga de humor. Por fortuna, la pareja de animadores más famosa de Aardman no se ha detenido en la gracia de un “gag” visual y ha querido aprovechar las posibilidades dramáticas que encierra su idea. Así, lo cómico y absurdo se combina con el drama amable, las gallinas se animan y sufren, dudan y luchan, y adquieren finalmente la consistencia de un verdadero personaje de aventuras, que se gana la confianza entera del espectador. 

El excelente trabajo con plastilina, al final, queda en segundo término para presentar un relato con vida y con ritmo, con una puesta en escena que recurre al lenguaje clásico y rechaza el manierismo sólo para presentar una narración efectiva y absorbente que se mira con frescura.

“Pollitos en fuga” es, en resumen, como asegura Ramos, una película de animación muy bien hecha y con un lenguaje cinematográfico muy elaborado.


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