Las grandes potencias no se ponen de acuerdo e Irán lanza nuevo desafío

MOSCU.- Las grandes potencias fueron incapaces de lograr un acuerdo tras dos días de reuniones en Moscú sobre las eventuales sanciones contra Irán, que ayer desafió nuevamente a la comunidad internacional al anunciar una intensificación de su programa nuclear.

Una delegación iraní se trasladó ayer a la capital rusa para reunirse con diplomáticos de la 'troika' europea -Alemania, Francia y Gran Bretaña- y anunciarles que Teherán prevé poner en marcha dos nuevas cascadas de centrifugadoras para enriquecer uranio.

Además, Irán «invitó» a Europa «a negociar el acompañamiento» de su programa nuclear, indicó un diplomático francés que pidió el anonimato y que acababa de reunirse con la delegación iraní en Moscú.

Una cascada de centrifugadoras se compone de 164 máquinas, que actualmente ya funcionan en la planta de Natanz, según anunció Teherán el 13 de abril, al dar cuenta del éxito logrado en sus actividades de enriquecimiento de uranio.

Los diplomáticos europeos pidieron firmemente a Irán que no prosiga por este camino y advirtieron sobre «medidas que tendrían por efecto aislarlo antes», indicó la fuente francesa que, sin embargo, no usó la palabra «sanciones».

El desafío iraní llegó poco después de las declaraciones del número tres del departamento estadounidense de Estado, Nicholas Burns, en las que pidió a Rusia y a la comunidad internacional cesar toda colaboración nuclear con Irán. «Consideramos importante que (todos) los países cesen su cooperación con Irán en el terreno nuclear y también en lo que concierne a los proyectos nucleares civiles como el de Buchehr», declaró en Moscú en referencia a la central que los rusos construyen en el sur de Irán y que, según Washington, puede servir para encubrir un proyecto militar atómico.

El negociador estadounidense hizo sus declaraciones tras participar en una reunión de los directores políticos de las cancillerías del G8 (los siete países más industrializados del mundo más Rusia), programada de cara a la cumbre de San Petersburgo de julio próximo, pero que también trató el tema iraní. El llamamiento de Burns a Moscú reiteró las peticiones de Washington para que los rusos pongan fin a su cooperación nuclear con Teherán y supuso, además, una señal del posible impacto de la crisis nuclear iraní en la cumbre de julio del G8. (AFP)


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