Las jubilaciones perdieron el año pasado contra la inflación

Lo confirman las estadísticas oficiales dadas a conocer este fin de semana con el cierre del 2020. El presidente Fernández y parte de su gabinete se habían comprometido en lo contrario. Las más altas fueron las que más perdieron contra el IPC.

Las frías estadísticas oficiales volvieron a contradecir las aseveraciones de un Gobierno que no termina de hacer pie en lo económico.

Esta semana fue le turno de las jubilaciones, uno de los sectores más golpeados por las distintas administraciones en las últimas décadas.

Desde distintas áreas del Ejecutivo el año pasado, en cada corrección que se hizo sobre la fórmula del sistema previsional, se garantizaba que las sucesivas subas en las jubilaciones iban a terminar el año por encima de los índices de inflación.

Los datos oficiales presentados este fin de semana por el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec) y los dados a conocer oportunamente por la ANSES reflejan que, en ninguno de los casos, las jubilaciones estuvieron por encima del costo de vida que registró el país durante el 2020.

Un trabajo realizado por el estudio jurídico Trocolli & Asociados –especializado en la Seguridad Social– refleja como fue la evolución trimestral acumulada de las jubilaciones, comprando la Ley anterior con los aumentos discrecionales otorgados por el Ejecutivo de la actual administración.

Dije que los jubilados no iban a perder más contra la inflación y lo cumplí; cada jubilado y jubilada sabe que no estoy mintiendo”.

Albero Fernández, presidente de la Nación.

Con las subas dispuestas por los sucesivos decretos, ningún jubilado recibió un aumento acumulado que alcance el 36,1% definido como el aumento del costo de vida por el Indec.

Con la fórmula de movilidad previsional suspendida, los aumentos durante el 2020 tuvieron subas nominales acumuladas de entre 24,3% (en el caso del haber máximo) y 35,3% (en el haber mínimo).

Teniendo en cuenta la inflación del año pasado, los ingresos mensuales perdieron entre 0,6% y 8,7% de su poder de compra, respectivamente. En el caso de quienes cobran la mínima o un poco más, hubo dos compensaciones durante 2020 por fuera de los aumentos generalizados: 5.000 pagados en enero y otro de 3.000 abonados en abril.

Los montos fijos claramente tuvieron un mayor impacto en las mínimas que en aquellas jubilaciones algo más altas pese a que había un techo para el cobro de este beneficio. Según el decretó fue abonado a “aquellos y aquellas titulares que perciben hasta el haber mínimo que garantiza el artículo 125 de la Ley 24241 y quienes no superan la suma de 19.067,93 pesos”.

Y sobre esta base es la que intentó anclarse el Gobierno en su discurso. “La ayuda va a quien más lo necesita”, señaló en ese entonces el flamante titular de la Anses, Alejandro Vanoli, al ser consultado por el tema. Como si quien recibía, en ese entonces, una jubilación de 20.000 pesos no tenía las necesidades básicas insatisfechas.

El objetivo final de la suspensión de la fórmula de movilidad fue ajustar el fuerte déficit que presenta el sistema de Seguridad Social, que ronda el 1,8% del producto. En términos nominales este porcentaje representa poco más de 600.000 millones de pesos anuales.

Eliminando la movilidad y otorgando por decreto los aumentos, el Gobierno logró un ahorro del orden de los 100.000 millones de pesos durante el 2020 en el sistema previsional, número importante pero claramente lejos del déficit estructural que presenta todo el sistema.

Otro dato interesante que muestra el gráfico adjunto es que, si hubiese estado vigente la fórmula de movilidad impulsada por el Gobierno anterior y suspendida en diciembre de 2019, el reajuste acumulado hubiera sido, para todos los ingresos previsionales por igual, del 42%; es decir seis puntos por arriba de la inflación.


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