Las juntas de Bariloche reclaman participación
Las comisiones vecinales se autoconvocaron para pedir por un mayor presupuesto a la comuna y tomar parte en las decisiones barriales. Temen un aumento de las tasas municipales.
SAN CARLOS DE BARILOCHE (AB).- Movidas por la escasa prestación de servicios y el temor al aumento de las tasas municipales, las juntas vecinales de esta ciudad se autoconvocaron para reclamar al municipio mayor presupuesto y participación en las decisiones comunitarias.
La percepción de que el problema que las aqueja supera las dificultades puntuales de un barrio o un sector y la falta de respuesta de las autoridades municipales empujó a los dirigentes barriales a aunar criterios.
No obstante la aspiración de una mayor asignación presupuestaria choca con la crítica situación de las arcas municipales. «Somos conscientes de que en el municipio no está funcionando nada -admitió el presidente de la junta vecinal Llao Llao, Luis Haberer- pero tal como está la situación las delegaciones no administran ni siquiera pobreza».
A la falta de recursos se suma el temor a un «aumento encubierto» de las tasas a través del proyecto de reestructuración tarifaria impulsado por el intendente Feudal, puesto de manifiesto en una nota enviada al Concejo Municipal con la rúbrica de una veintena de organizaciones.
En la tarea de mancomunión de esfuerzos los dirigentes barriales resolvieron reclamar la instrumentación de las «unidades de gestión municipal» -en reemplazo de las actuales delegaciones- resistida hasta el momento desde los sectores políticos. El titular de la agrupación vecinal Villa Los Coihues, Oscar Zamora aseguró que «hay un gran compromiso de los dirigentes barriales» en ese sentido.
La puerta que abrió la norma de emergencia económica a una mayor concentración de poder por parte del Ejecutivo también conspira contra la aspiración de los dirigentes barriales.
La eficientización o desarticulación de las delegaciones depende de la evaluación a que arribe el intendente en el marco de la reestructuración de personal que prevé la emergencia. «La ordenanza así planteada le da una excelente excusa a Feudal para cerrar las delegaciones en lugar de optimizarlas», analizó con preocupación Zamora.
Las delegaciones en la actualidad son algo menos que un remedo de las «unidades de gestión municipal» previstas en el proyecto de descentralización de la comuna. Su instrumentación parcial limitó las funciones de estos estamentos de participación comunitaria. (Ver aparte)
Su conformación en reemplazo de las actuales delegaciones dependen de una decisión política difícil de alcanzar. «Como está hoy la situación esto suena utópico pero vamos a hacer mucha fuerza para lograrlo», enfatizó Zamora.
El concejal Jorge Temporetti -titular de la comisión de economía del Concejo- apaciguó los temores acumulados por los vecinos al explicarles que la reestructuración de las tasas debe pasar «necesariamente» por el Cuerpo y que él está dispuesto a convocar a todos los sectores.
En relación a la instrumentación pendiente de la «unidades de gestión municipal» o la ampliación de funciones de las delegaciones, el edil opinó que no están dadas las condiciones. En tal sentido consideró indispensables que haya autoridades con un «firme liderazgo» para evitar un desequilibrio entre los intereses y las aspiraciones políticas de las organizaciones barriales y sus dirigentes.
Dos iniciativas que acumularon polvo
SAN CARLOS DE BARILOCHE (AB).- Dos de las principales iniciativas de participación comunitaria acumularon el polvo del olvido en los años que llevan archivadas desde su aprobación.
El tratamiento inconcluso de la ordenanza que instauró el nuevo Código de Planificación de la ciudad en 1995 afectó algo más que el crecimiento urbano.
El proyecto preveía, en la conformación de las cinco «unidades de gestión municipal», un ámbito participativo en el que los dirigentes barriales y los funcionarios municipales pudieran dar solución consensuada a los problemas comunitarios.
El temor al vuelo político que pudieran alcanzar los dirigente vecinales frustró la instrumentación de la norma. «Las juntas vecinales también integran el concejo de planificación pero son las únicas que nunca son consultadas», recordó el vecinalista Oscar Zamora.
La otra herramienta que nunca fue puesta en práctica es la resolución del Concejo Municipal 198 del 98, de «análisis participativo del presupuesto municipal». La desidia en el manejo de las cuentas públicas dio por tierra con la norma, que impulsa la participación reclamada hoy por las juntas vecinales, ya que desde 1997 hasta la fecha no se presentaron los respectivos presupuestos de asignaciones que deberían regir las cuentas municipales.
SAN CARLOS DE BARILOCHE (AB).- Movidas por la escasa prestación de servicios y el temor al aumento de las tasas municipales, las juntas vecinales de esta ciudad se autoconvocaron para reclamar al municipio mayor presupuesto y participación en las decisiones comunitarias.
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