Las lógicas del mazazo

<b>Apelar al golpe por golpe y no afinar el sistema defensivo terminó siendo un muy mal planteo.</b>

En el fuero más íntimo de los argentinos yacía la sensación de que podía suceder lo que finalmente sucedió. Que Argentina era un cúmulo de individualidades que no cuajaba en lo colectivo, que era demasiado arriesgado el curso intensivo que estaba haciendo el cuerpo técnico en el Mundial y que eso podía pagarse demasiado caro.

El planteo táctico hizo agua pero fue el mismo que en los partidos anteriores. La diferencia estuvo en la calidad y jerarquía del rival. El seleccionado albiceleste no manejó la pelota y dejó huérfanos de juego a sus delanteros y por lo ajeno, y en el fondo mostró todas sus limitaciones en lo táctico.

“No le tengo miedo a Alemania”, dijo Maradona y mantuvo el mismo esquema que ante México. Mandó a Carlos Tevez y Gonzalo Higuaín de punta y Lionel Messi intentó actuar de enganche, pero muchas veces quedó lejos de su mejor zona de influencia.Di María no tuvo nivel en la creación ofensiva y Maxi Rodríguez se doblegó pero siempre quedó a mitad de camino.

Por su soledad, Javier Mascherano perdió mucho en la zona central con Bastian Schweinsteiger y Sami Khedira. Hubiese sido una buena alternativa mandar a JS Verón o a Javier Pastore a la cancha en el inicio del complemento, pero el ex Huracán entró cuando la historia estaba sellada. En el corazón del medio nacieron los embates alemanes, que desde ahí se desplegaron hacia las bandas y acabaron en la red. Messi no fue el salvador porque no tuvo un equipo donde apoyarse, y así acabó más cerca del de las eliminatorias. Igual que la defensa, desajustada y endeble.

DYN

Los alemanes se escalaron para rodear y maniatar a la Pulga Messi.
El rosarino siempre intentó, pero le costó ganar.


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