Las paredes de la cárcel U9 muestran el pasado escondido de Neuquén
El edificio de la Prisión Regional del Sur se inauguró en 1911 y se desocupó formalmente en 2018. Sus paredes guardan parte de la historia oculta que Neuquén prefiere esconder.
El complejo carcelario fue construido a poco de que se resuelva el traslado de la capital del territorio nacional del Neuquén desde Chos Malal a la Confluencia. El traslado de los 40 presos es una historia oculta, desde la confluencia del Curi Leuvú y Neuquén hasta la confluencia del Neuquén y Limay.
La unidad penitenciaria, que comenzó a funcionar en un galpón de chapa, inauguró su estructura de pabellones de cuatro pisos en la entonces lejana Entre Ríos e Illia, entre Alderete y Alberdi, en el Alto de la ciudad de Neuquén.
Se inauguró en 1911 y sus paredes guardan historias sangrientas del acontecer de la entonces capital del territorio donde las decisiones se tomaban a 1.200 kilómetros de distancia, en Buenos Aires, en tiempos en los que la comunicación era lenta y dificultosa.
U9, une muestra del pasado escondido de Neuquén: el cierre definitivo en 2018
La unidad carcelaria se cerró definitivamente en 2018 luego de un trabajoso (y aún no terminado) acuerdo con la Provincia y el municipio de Neuquén que incluyó la desafectación de la parte trasera del predio donde se construyó el parque Jaime De Nevares.
En el edificio cuyo frente se observa desde la calle Entre Ríos existen historias escondidas, crudas y hasta sangrientas.
La fotógrafa de Diario Río Negro Cecilia Maletti hizo un recorrido por el interior y captó qué dicen las paredes en las que hay rastros del encierro, del ahogo, del miedo.
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